sábado, septiembre 23, 2006

Mi Buen Miami querido, cuando yo te vuelva a ver...

El problema de que en South Beach ya haya casi tantos argentinos como cubanos, no es que sean peores porque sean compatriotas sino porque todos se comportan como si furan parientes de uno.
- ¿Me podés traer un cortado? -le pido a una moza de un restaurant de Alton Road al terminar de cenar. Creo que la chica es natural de Belgrano.
- Si, te traigo -me contesta-. Pero antes te pregunto una cosita: ¿cómo se llamaba "La Novicia Rebelde" en inglés?
- No sé.
El que me trae el pedido es otro mozo.
- ¿Qué es esto? - le digo apuntando a la taza enorme que me pone delante.
- El... cortado -contesta mirando que esté todo adentro de la taza.
- ¿En una taza grande?
- Si... -contesta dudoso.
- ¿De dónde sos? - le pregunto.
- De Argentina... de Adrogué.
- Entonces no me hinches las pelotas: esto es un café con leche, no un cortado. Sólo me faltan las mediaslunas.
Se rie y me doy cuenta de que todo le importa bastante poco.
- ¡Uy, tenés razón! Hace tanto que me fui que se me olvida como es.
Igual le digo que me lo deje, para no tener que esperar otro cuarto de hora. Ahi aparece la moza con una sonrisa de oreja a oreja. Y me dice a los gritos, mientras deja un pedido en otra mesa:
- Ya averigüé: "The sound of music", así se llamaba. Qué loco, ¿no?

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