lunes, abril 27, 2009

Al pan, pan.



Creo que al final para Nacha Guevara lo más grave no va a ser prestarse a una candidatura testimonial kirchnerista sino tener que resignar su nombre artístico y asumir que se llama Clotilde Acosta. Es su sepultura artístico-juvenil.

domingo, abril 26, 2009

Novedad testimonial

Lo más novedoso de las candidaturas testimoniales (dirigentes con altos índices de popularidad que encabezarán las listas de candidaturas pero que nunca ocuparán los cargos) no es que sean nuevas sino que nadie hace nada por disimularlo antes de la elección. ¿Por qué digo que no son nuevas? Porque de hecho tenemos una Presidenta testimonial. Ganó la elección pero aún no ocupó su cargo. Y por lo visto nunca lo hará.

martes, abril 14, 2009

El Infierno del Dante

En Julio de 2006, en Brasil apareció circulando por Internet un reportaje sorprendente a Marcola, líder del PCC, Primeiro Comando da Capital, el más poderoso de los carteles de la droga hecho por Gerson Kalichtzuk para el diario O Globo en la cárcel donde estaba preso hace catorce años. El texto era demoledor en su claridad y mucha gente quedó de una pieza a la luz de los recientes hechos de violencia entre el PCC y la Policia Federal en San Pablo, que habían paralizado literalmente la segunda mayor ciudad de Latinoamérica y la capital económica de Brasil durante 48hs. Sin embargo el texto se reveló apócrifo (hay quienes dicen que fue escrito por el periodista, escritor y cineasta Arnaldo Jabor). De todos modos, aunque sea falso y los líderes de los carteles de la droga no sean tan cultos ni tan depurados en su concepción ideológica del crimen y de sus implicancias en la estructura socioeconómica de la sociedad, es terriblemente convincente.

Entrevista a Marcola, líder del PCC, hecha por el Jornal O Globo en la cárcel donde está preso hace catorce años.
(por Gerson Kalichtzuk)

Julio 2002

- Como te definirías ¿como el líder de una organización criminal armada o como el emergente natural de un problema social más profundo?

- Mas que eso, yo soy un signo de nuevos tiempos. Yo era pobre e invisible. Ustedes nunca me miraron durante décadas. Y antiguamente era fácil resolver el problema de la miseria. El diagnóstico era obvio: migración rural, desnivel de ingresos, pocas villas miserias, escasas perisférias. La solución que nunca llegaba. ¿Qué hicieron? Nada. El gobierno federal, ¿alguna vez destinó una partida presupuestaria para nosotros? Nosotros sólo aparecíamos en los derrumbes del morro o en las canciones románticas sobre “la belleza de los morros al amanecer”, esas cosas. Ahora somos ricos con la multinacional de la merca. Y ustedes están muertos de miedo. Nosotros somos el inicio tardío de su conciencia social. ¿Viste? Soy culto. Leo a Dante en la prisión.

- Pero… y la solución sería…

- ¿Solución? No hay más solución, flaco. La propia idea de “solución” ya está equivocada. ¿Ya prestaste atención al tamaño de las quinietas sesenta villas miserias de Rio? ¿Ya anduviste en helicóptero por encima de la de la perisferia de San Pablo? Solución ¿cómo? Sólo vendría con muchos billones de dólares gastados organizadamente, con un gobernante de alto nivel, una inmensa voluntad política, crecimiento económico, revolución en la educación, urbanización general; y todo tendría que darse bajo la batuta de una “tiranía iluminada” que saltase la parálisis burocrática, que pasase por encima del Legislativo cómplice (¿o vos crees que esas doscientas ochenta y siete sanguijuelas del Congreso van a actuar? Si nos distraemos, van a robar hasta al PCC… ), del Judicial, que impide las puniciones. Tendría que haber un a reforma radical del proceso penal del país, tendría que haber comunicación e inteligencia entre las policías municipales, estatales y federales (nosotros hacemos hasta conference calls entre presidios). Y todo eso costaría billones de dólares e implicaria un cambio psicosocial profundo en la estructura política del país. O sea: es imposible. No hay solución.

- ¿No tenés miedo de morir?

- Ustedes son los que tienen miedo de morir, no yo. Es más: aquí en la cárcel ustedes no pueden entrar y matarme. Pero yo puedo mandar a matarlos a ustedes allá afuera. Nosotros somos hombres-bomba. En la villa hay cien mil hombres-bomba. Estamos en el centro mismo de lo Insolucionable. Ustedes en el Bien y yo en el Mal, y en el medio la frontera de la muerte, la única frontera. Ya somos otra especie, ya somos otros animales, diferentes de ustedes. La muerte para ustedes es un drama cristiano en una cama, de un ataque al corazón. La muerte para nosotros es el presunto cotidiano, desovado en una bala. Ustedes, intelectuales, ¿no hablaban de lucha de clases, de “sea marginal, sea un héroe”? (Nota: este era un lema de la guerrilla de los años ’70). Pues bien. ¡Llegamos! ¡Somos nosotros! (risas) Ustedes nunca se imaginaron a estos guerrilleros de la merca, ¿no? Yo soy inteligente. Yo leo, leí tres mil libros y leo Dante, pero mis soldados son extrañas anomalías del desarrollo torcido de este país. No hay más proletarios, infelices o explotados. Hay una tercera cosa, creciendo ahí afuera, cultivada en el barro, educándose en el analfabetismo absoluto, graduándose en las cárceles, como un monstruo Alien escondido en las brechas de la ciudad. Ya surgió un nuevo lenguaje. ¿Ustedes no escucharon las grabaciones hechas “con autorización de la Justicia”? Pues bien. Es otras lengua. Estamos frente a una especie de post-miseria. Eso. La post-miseria genera una nueva cultura asesina, ayudada por la tecnología, satélites, celulares, Internet, armas modernas. Es la mierda con chips, con mega bytes. Mis comandantes son una mutación de la especie social, son hongos de un gran error sucio.

- ¿Qué es lo que cambió en las perisferias?

- Dinero. Hoy en día tenemos. ¿Vos crees que alguien que tiene cuarenta millones de dólares como Beira-Mar no manda? (Nota: Beira-Mar es un barón de la droga de Rio). Con cuarenta millones la prisión es un hotel, una oficina. ¿Cuál es la policia que va a quemar esa mina de oro, te das cuenta? Nosotros somos una empresa moderna, rica. Si el empleado se equivoca, es despedido y metido en el “microondas” (risas). Ustedes son el Estado quebrado, dominado por incompetentes. Nosotros tenemos métodos ágiles de gestión. Ustedes son lentos y burocráticos. Nosotros luchamos en territorio propio. Ustedes en tierra extraña. Nosotros no tememos a la muerte. Ustedes están muertos de miedo. Nosotros estamos bien armados. Ustedes van de treinta y ocho. Nostros estamos en el ataque. Ustedes en la defensa. Ustedes tienen manias de humanistas. Nosotros somos crueles, sin piedad. Ustedes nos transforman en superstars del crimen. Nosotros a ustedes los hacemos aparecer como payasos. Nosotros somos ayudados por la pobalción de las villas miserias, por miedo o por amor. Ustedes son odiados. Ustedes son regionales, provincianos. Nuestras armas y productos vienen de afuera, somos globales. Nosotros no nos olvidamos de ustedes, son nuestros clientes. Ustedes nos olvidan tan pronto como pasa el brote de violencia.

- ¿Pero que debemos hacer?

- Te voy a dar una clave, aunque sea en contra mia. ¡Agarren a los barones de la merca! Hay diputados, senadores, hay generales, hay hasta ex – Presidentes del Paraguay en los asuntos de cocaína y armas. Pero ¿quién va a hacer eso? ¿El ejército? ¿Con qué dinero? No tienen plata ni para el rancho de los reclutas. El país está quebrado, sustentando a un Estado muerto con tasas del 20% anual, y Lula todavía aumenta el gasto público empleando a cuarenta mil atorrantes. ¿El ejército va a luchar contra el PCC y el Comando Vermelho? Estoy leyendo a Clausewitz, “Sobre la guerra”. No hay perspectiva de éxito. Nosotros somos hormigas devoradoras, escondidas en las brechas. Tenemos hasta cohetes anti-tanque. Si boludean, van a aparecer unos Stingers por ahí. Para terminar con nosotros, sólo tirando bombas atómicas en las villas miserias. Inclusive, podemos terminar consiguiendo alguna nosotros, una de aquellas bombas sucias. ¿Ya pensaste? ¿Ipanema radioactiva?

- Pero, ¿no habría solución?

- Ustedes sólo podrían alcanzar algún éxito si desistieran de defender la “normalidad”. No hay más ninguna normalidad. Ustedes tienen que hacer una autocrítica de la propia incompetencia. Pero voy a serte franco, de corazón. Estamos todos en el centro de lo Insolucionable. Sólo que nosotros vivimos de él y ustedes no tienen salida. Solamente la mierda. Y nosotros ya trabajamos dentro de ella. Mirá, hermano, no hay solución. ¿Saben por qué? Porque ustedes no entienden ni siquiera la extensión del problema. Como escribió el divino Dante: “¡Lasciate ogni speranza voi che entrate!”. Pierdan todas las esperanzas. Estamos todos en el Infierno.

Ojota con los dedos, Charlie

Este video sólo ha tenido 8.011.626 de exhibiciones en You Tube hasta el momento, pero marcha a ser una secuela exitosa, pese a no ser tan buena.

lunes, abril 13, 2009

91.661.202

¿Cómo s posible que un video como este haya sido visto las millones de veces del título? No digo que no sea adorable, pero pone en jaque algunas fórmulas de blockbusting de más de cien años de Hollywood -en parte por la presencia de dos niños, en lugar de un niño y un perro-. Claro: uno de los niños es un bebé, lo que no deja de ser como una variación de un perro. Porque no habla y es cute, quiero decir. Además de la mordida, se entiende.

jueves, abril 09, 2009

Pascua en el zoo de Buenos Aires


A alguna mente brillante de la dirección del zoo porteño se le ocurrió que sería positivo que los animales salvajes también recibieran su "huevo" de Pascua, supongo que para que los niños comprueben que no son tan diferentes a ellos y para que los animales puedan participar también de la fiesta por la Crucifixión y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Acorde a la tontería generalizada, al diario La Nación le pareció que semejante desatino merecía la categoría de "noticia" y así lo publicó en su edicón on line.
Así que todos contentos. Igual a mi me parece que el león tiene cara de estar pensando: "Muy lindo el conejito de cartón, pero en cuanto metas la manito entre las rejas te la voy a dejar como confite y rosca."

domingo, abril 05, 2009

Alfonsín & Facebook, un sólo corazón.

La muerte de Raúl Alfonsín y la manifestación masiva de la gente para despedirlo no hacen más que recordarme un tiempo remoto de la política y de mi propia vida. Como decía Aristóteles, el último acto de la vida de un hombre puede resignificar todo lo que hasta entonces le hubiese sucedido, aunque en este caso no se trata de una acción de Alfonsín sino de lo que su propia desaparición generó. Y es que la reacción espontánea de la gente hizo olvidar mágicamente los sinsabores del final de la era de Alfonsín y sus actos polémicos. De repente toda la amargura de los desaciertos de las "felices Pascuas", del traslado de la capital a Viedma y de la hiperinflación que me había quedado atragantada durante casi dos décadas se destiló y decantó en el recuerdo de aquella época brillante en la que ganó la primera elección de la nueva democracia. Yo tenía 13 años en Diciembre de 1983 y fui con mi papá hasta el Comité Central de la Unión Cívica Radical desde donde Alfonsín pedía médicos a izquierda y derecha en medio del fervor de los que estabamos allí. No sé cuantos serían radicales. Nosotros no lo eramos pero había una alegría en el aire que yo no podía -por mi edad- identificar de donde venía. Contrastaba con la oscura imagen de las siluetas pintadas en las calles con un nombre y una fecha de desaparición; con la rigidez uniformada de mi primer año de colegio secundario recién terminado, igual que la Dictadura. Esa noche me enamoré de una chica seis años mayor que yo, hija de otros amigos, que nunca más volví a ver. Se vistió con un patalón blanco y una musculosa roja -en homenaje al partido ganador- y yo aún no puedo olvidarme de ese blanco semitransparente caminando en medio de la multitud. Mi mamá desconfiaba de Alfonsín y él fue emblema de las diferencias que tuvimos durante toda mi adolescencia, que aunque fueran por cosas más profundas encontraban su expresión más elemental en la política. Con Alfonsín, llegaron para mi los centros de estudiantes, los escritores perdidos (Rodolfo Walsh, Juan Gelman) y la escritura; las noches de radio (Belgrano con Doria & Caparrós) y acompañando a mi padre a escucharlo a Rodari; la confitería El Reloj, el bar Suárez, los cines de Lavalle; los amigos exiliados de mi padre y sus hijos que volvían trayendo novedades de lejanos horizontes. Hoy me siento desenterrando sabores y colores del pasado, reviviendo intensamente cosas que estaban archivadas en la memoria sin sensaciones vivas, como un mero registro documental que le hubiera pasado a otro. La muerte de Alfonsín está siendo para mi como el mayor Facebook concebible.

viernes, abril 03, 2009

El abrazo partido.

Toda situación protocolar y al mismo tiempo mediática es lindante con lo ridículo en si misma. Y es obvio que los protagonistas deben ser muy cuidadosos de la rigidez de las formas para no quedar pagando como le pasó a la Presidenta Cristina con el compañero peronista Obama. De todos modos, es muy simbólico. Cristina estaba convencida -nadie sabrá bien la razón- de que el Presidente de los EEUU venía derecho a saludarla a ella. ¿Una muestra más de como los argentinos estamos convencidos de que el mundo gira alrededor nuestro?

miércoles, abril 01, 2009

La selección natural de nosotros los argentinos





Para mi, el titular definitorio del debut oficial del equipo del Diego debería ser:

"Otra vez sopa"

Y no me refiero únicamente a la derrota vergonzosa con Bolivia sino a también a la victoria aplastante contra Venezuela. Los dos partidos de los últimos días funcionan como un acorde que, en mi opinión, revelan con la precisión de un modelo a escala todos los problemas de los competidores deportivos argentinos en particular y de nosotros los argentinos en general.

"Se juega como se es" era la sentencia de cabecera de Pacho Maturana, suscripta por Jorge Valdano en varios artículos. Con ella quería decir que el estilo de juego en el fútbol obedece a una manera de ser, a un espíritu -llamémoslo "nacional"- de cada pueblo. Superficialmente podemos ilustrarlo con la alegría casi carnavalesca de los brasileños para tratar la pelota; a la eficiencia práctica por encima de todo de los alemanes; a la sobrevaloración del sufrimiento durante el juego de los rioplatenses. Pero profundamente se pueden trazar paralelos más interesentes aún, porque no todo es blanco y negro, sino que en los claroscuros se entreven verdades más definitivas de "una manera de ser" nacional.

El partido debut contra Venezuela fue una fiesta. Hubo goles de todos, para que nadie se quedara con la espina. Hasta se estuvo cerca el quinto, con jugada de lujo de Messi que lo hubiera reconfirmado como el nuevo Messías, el sucesor de Maradona que simbólicamente le había dado la camiseta número "10" por primera vez. Poco le importó a todos los que se llenaron la boca con elogios para el nuevo equipo que los venezolanos no cruzasen ni la mitad de la cancha o que fuesen incapaces de hilvanar una jugada y terminarla con mínima decencia. A los argentinos no nos importan los otros; lo único que nos importa es que reconozcan que somos superiores y que actuen en consecuencia, como hicieron los venezolanos.

Pero en Bolivia, frente a un equipo que tenía que respetar el mismo libreto que Venezuela y no lo respetó, la selección chocó de frente como contra un tren. La altura es un atenuante, claro. Pero todos sabían que se jugaba en la altura, no fue una sorpresa de última hora. Son profesionales con experiencia y sabían que se exponían a limitaciones técnicas muy precisas ¿Qué pasó entonces? ¿Tal vez que los jugadores y el cuerpo técnico subestimaron la importancia del rival y la ventaja deportiva que la altura les daba? Como cuando se calcula el handicap, habrán decidido que después del 4 a 0 contra Venezuela en Buenos Aires, contra Bolivia en la altura el resultado lógico seria solamente de menos goles a favor pero nunca de 6 en contra.

Así que otra vez sopa. Argentina siempre peca de los mismos defectos y parece que no hay Dios -ni Maradona- que los corrija. Oscilamos como en el tango, de lo más alto a lo más bajo sin escalas. Todos nos creemos que las cosas "tienen" que ser como suponemos que son y no como consecuencia del trabajo que hacemos o dejamos de hacer.

Ni los jugadores son tan buenos ni son tan malos. Creo que los dos resultados son claramente engañosos del verdadero nivel del equipo. Lo único que revelan es la falta total de planeamiento y de autoexamen. Nadie hizo una evaluación correcta del partido contra Venezuela y eso se pagó caro en el partido contra Bolivia. El egocentrismo argentino nos llevó a creer que el único problema de la selección nacional son las decisiones que se toman dentro del equipo y que los rivales están ahí para hacer de sparrings o de partenaires nunca de campeones o de protagonistas. Que Riquelme si, que Riquelme no. ¿Pueden jugar juntos Messi, Tevez y Agüero? ¿Dejamos la 10 vacante en homenaje al Mejor Jugador del Mundo o la transpiramos? Mientras creamos que esos son los asuntos que importan, más vale que sigamos jugando amistosos en Europa.