martes, septiembre 19, 2006

La llamada del Amor.

Almuerzo de domingo en el Ritz con Patricia Z. , Estevan y Heitor. Sale el tema del amor. Yo comento por encima de que se trata el cuento de Raymond Carver que se llama “De que hablamos cuando hablamos de amor”. Pero la presencia de Patricia es una tentación para ponerse ligeramente groseros. Como dice Estevan, “no hay mesa de hombres que este completa sin Patricia”. Así que Heitor abre el fuego.
- Para mi el amor es “una pija dura y una concha mojada”.
- ¡Ah, que bien! –digo yo- Con ustedes Heitor D., director de cine y artista sensible.
- No –interrumpe Estevan- Como decía Schopenhauer, el amor es “la llamada de la próxima generación, susurrando ‘andá, es con ella’ en su voluntad de existir”.
- A veces yo siento que en vez de un susurro es como un griterío que me aturde –comento-. Y me manda al frente con más de las que puedo soportar.
- Es que las nuevas generaciones vienen cada vez más poderosas –dice Heitor.
- Ni hablar –sigue Estevan que se acaba de separar y aún sufre- A veces me imagino a mis espermatozoides formados como una legión, con los brazos en alto, golpeando las espadas contra los escudos, bum, bum, bum. Y yo gritándoles: “¡Paren muchachos! ¡Todavía estoy de luto!”
Después de un rato de reírnos, Patricia trata de hacer complicidad conmigo desacreditando a Estevan y Heitor porque (dicen) que cogen sin forro. Yo la miro impasible y Patricia salta con la boca abierta.
- ¡Ay! Vos también sos como ellos. ¡Qué desastre!
Ahí empieza una defensa de el No Uso del Preservativo que acaba (como es natural) en el absurdo.
- Pero no vayas a creer que no tomamos precauciones, Patricia –le digo con gravedad y ella me mira interesada- Le hacemos bastantes preguntas a la chica para estar seguros de que no es riesgosa.
- ¿Qué preguntas?
- Bueno… como se llama, cuantos años tiene…
- De que signo es –agrega Estevan muy serio.
- Y el ascendente –completa Heitor-, que te da mucha más información para saber con quien te estás yendo a la cama.
- Ustedes son un desastre –concluye Patricia espantada.
De más está decir que el almuerzo de ese día es considerado un éxito desde todo punto de vista.

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