martes, diciembre 26, 2006

Navidades Carambólicas


Que la luz del entendimiento nos proteja en estas Fiestas. Y que la tenue lumbre de las velas, consiga dar algo de claridad a lo más negro que rueda en cada billar.
Con mis mejores deseos... para mí.

lunes, diciembre 25, 2006

Mestizaje lingüístico

Que ella, por ser española que vive en Buenos Aires, decía cosas como "¡Hostia, boluda!" ya lo sabíamos. Ahora apareció un argentino que vive en México DF que el otro día me mandó: "Loco, ¡no mames!".

A este paso no sé a donde iremos a parar. Tal vez al "maquíllate la mente" (make up your mind) o al "te llamo pa' tras" (I call you back) de los siempre sorprendentes portorriqueños, tal como me lo contó Charlotte. En fin...

domingo, diciembre 24, 2006

Miss Desseoss 2007

Este es un mensaje navideño automático. No hay verdaderos buenos deseos escondidos detrás. Lo ha generado una máquina en mi lugar para que todos crean que pienso en el prójimo, que soy bueno, que soy capaz de acordarme de todos sin hacer distinción de raza, religión, tamaño de busto o disponibilidad sexual. Así que no hace falta que demuestren que son capaces de deletrear "fwjktopl". Simplemente siéntanse especiales, saboreen el momento. Las máquinas son más democráticas y jamás reniegan de nadie; que no es lo mismo que decir que no le hacen asco a nada.

Así que Mary X-mas para todos y Happy New York!

sábado, diciembre 23, 2006

Plaza ocupada

¿Qué pasa con las plazas de Buenos Aires? Están todas cercadas con un misteriso entretejido verdoso y hay diseminados por todos lados carteles que rezan con pomposidad "Programa de Recuperación de Espacios Verdes", sin explicar mucho más que eso. Supongo que estarán en cuarentena para que, en la medida en que no se usen, las plazas se recuperen.

Ojalá dure poco el programa. Ya se sienten las consecuencias. Hay muchos -pero muchos- más soretes de perro por todas las veredas.

jueves, diciembre 21, 2006

Arena sin sangre


A Doña Cristina, Ministra de Medio Ambiente del gobierno español, se le ocurrió salir a proponer que al final de las corridas de toros no se mate más al toro, en un afán por cuidar los derechos del animal y porque "está mal visto en la Unión Europea". A la Ministra le cuesta defender la tauromaquia en el Parlamento Europeo y, supongo, le da fastidio tener que defender algo que no le gusta. Me hace acordar a los legisladores de la Ciudad de Buenos Aires que prohibieron fumar en absolutamente todos los bares y restaurantes bajo su jurisdicción, sin permitir que cada bar o restaurant pueda determinar si va a ser 'fumador' o 'no fumador' porque esos legisladores probablemente no fumen y no acepten que para alguien pueda ser un placer. Es que se sabe: matar toros es una crueldad y fumar puede matar. Así que lo importante -sobre todo- es que no se haga en público.

Porque yo me pregunto, ¿que hacemos con el toro sobreviviente al terminar la corrida? ¿Lo mandamos a su casa, para que viva con su vaca y tenga toritos? ¿Se le da plan de salud, un trabajo digno y facilidades de crédito para que se integre al mecanismo financiero de la sociedad? Pienso que se lo mandará al matadero, a morir anónimamente de un martillazo en el cráneo igual que a cientos de miles de vacas todos los días. Porque torearlo de nuevo no se puede. El principio de la corrida es que se trata del primer encuentro de un toro con un hombre de a pie. El toro aprende durante la corrida y si sigue al trapo rojo en vez de al cuerpo del diestro es por la habilidad y destreza de este, no porque le fastidien ciertos colores. Así que en una segunda corrida -después de haber reflexionado respecto de sus errores pasados- el toro mataría al torero a segundos de tenerlo frente a él en la arena y entonces habría que crear una nueva ley de protección de los toreros, que prohibiese a los toros matarles, por lo menos en el primer tercio. Así que esa no es una alternativa válida. La única que nos queda entonces es que el toro pase de la espada del torero al martillo del matarife, a que tenga una buena muerte burguesa, anodina y sin grandes sobresaltos, como todas las vacas, las cabras y las ovejas de este mundo, como la que todos los políticos desean para sus electores.

Lo estúpido de la Ministra es no darse cuenta de que la corrida de toros no es un deporte -en el sentido anglosajón del término y aunque haya una maquinaria económica aprovechándose de ese espectáculo- sino un ritual. Es una tragedia -la muerte del toro- representada mejor o peor por el toro y el torero que participan en ella, en la que hay peligro para el torero y muerte cierta para el toro. Se trata del ritual de la muerte de toro y es por eso que el toro tiene que morir. Es una tendencia de las sociedades modernas el acabar con todos sus rituales poco a poco y sería una pena que España aceptara renunciar a uno de los pocos eventos en el que aún es posible experimentar profundamente, como escribió Hemingway, "el sentimiento de la vida y de la muerte, de lo mortal y lo inmortal, en el que al final uno se siente muy triste pero muy a gusto (...) En los juegos deportivos, no es la muerte lo que nos fascina, la muerte cercana, que es preciso esquivar; sino la victoria, y es la derrota -en lugar de la muerte- lo que tratamos de evitar. Todo ello tiene un simbolismo muy lindo pero hacen falta más cojones para entregarse a un arte en el que la muerte es uno de sus ingredientes".

miércoles, diciembre 20, 2006

Se busca actriz con experiencia


¿Y a quién pondríamos para el papel de Cachorra Bazooka? ¿Podría ser la misma actriz a la que le fuera el papel de Penélope Glamour en "Los autos locos" o de Clarita en "Heidi"? Yo creo que no, amiguitos.

No me atrevo a arriesgar nada al voleo. Pero tenemos que evitar que a algún productor se le ocurra que el papel le iría perfecto a Valeria Mazza.

Ya me puedo imaginar el afiche: "Y el debut cinematográfico de Valeria Mazza"

martes, diciembre 19, 2006

Opciones limitadas




Hoy pensé que con el envejecimiento irremediable de Santiago Bal, los porteños hemos perdido al actor ideal para protagonizar a Isidoro Cañones en la versión fílmica de "Locuras de Isidoro". Es que el tiempo siempre será el gran demoledor de los mejores castings.

Realmente me da pena. No es que haya habido muchos -o algunos- interesados en filmar semejante oda al chanta, pero después del éxito de Patorouzito, una eventual megaproducción estilo Sonofilm me suena posible.

Creo que la única variante que nos queda a mano es Nito Artaza. No me convence del todo pero es lo que hay. Sólo me consuela pensar que mucho peor sería que pusieran a Antonio Banderas.

Parentesco

Si España es nuestra Madre Patria, ¿nostros que vendríamos a ser de ellos? ¿La Hija Patria?

sábado, diciembre 16, 2006

No se olviden de Samantha


Genia mediática, autodidacta del escándalo público. Yo no puedo olvidarla ni que quiera.

¿¿¿¿Y de Natalia de Negri????


Era compañera de banco de mi ex novia (lo juro). En un colegio de monjas (¡de verdad!). ¿Quién le habrá enseñado a quien? No sabría decirlo con certeza.

Epitafio de la selva

Se hablaba de femineidad, de coqueterías y rituales en la vida cotidiana de las mujeres. Entonces Marçal miró a la chica, asintiendo através de su vaso de whisky.
- Lo fundamental es que te cuides la piel -le susurró en el oído-. Porque pronto va a estar decorando la pared de mi casa.

viernes, diciembre 15, 2006

jueves, diciembre 14, 2006

¡Estudiantes recampeón!


Hay cosas que a uno lo llenan de satisfacción a pesar de no ser hincha del pincha rata. Y que a este Boca, canchero y creído de que iba a ser tricampeón del fútbol argentino igual que River -único tricampeón-, le hayan sacado un triunfo masticado de la boca (literalmente) a diez minutos del final del último partido, es una alegría que va a ser difícil de olvidar.

Dicen que los bosteros aplaudian a los jugadores de Estudiantes con lágrimas en los ojos -de buenos perdedores, según la prensa que se sabe, es bostera-. Pienso y pienso pero creo que no hay en toda la historia de River una gallinada igual. ¡Salud pincha! Hoy el país está en La Plata.

miércoles, diciembre 13, 2006

Jovato desinfectado

El cachorrito de ovejero alemán era una monada pero apestaba. Ella le preguntó entonces a la dueña:
- ¿Todavía es muy chiquito para poder bañarlo?
- Bueno -le contestó ella con ironía- Para bañarlo suelo guiarme por el olor, no por la edad.
Ahora se me ocurre que si le hubiera preguntado lo mismo a Lula, seguramente hubiera contestado que si. Parece que se tomó en serio eso de que en la adolescencia uno siempre es un poquito más virulento y se consideró 'adolescente' hasta que ganó su primera Presidencia cuatro años atrás. El oportunismo -aún en los políticos de éxito- es algo que nunca dejará de sorprenderme.

jueves, diciembre 07, 2006

¡Whiskyyy!


No me jodan. Estos dos, con esas caras, no pueden hacer nada bueno. ¿O me equivoco?

sábado, noviembre 25, 2006

Multiple choice

Las nenas de George W. Bush estaban en Buenos Aires de incógnito y el lunes pasado, mientras cenaban en un restaurant de San Telmo, a Bárbara le robaron la cartera sin que nadie se diera cuenta. Como era de esperarse ya se hablan todas las boludeces del caso (ej. lo que significa para la imagen del país, etc. etc.) y se callan todas las cosas que más o menos importan (ej. ¿pueden dos ciudadanas extranjeras pasearse con documentos falsos sin que sea un delito?, etc., etc.).

Pero a mi lo que realmente me gustaría saber es que fue lo que les habrán dicho a los cuarenta monos de la CIA, del FBI, de la DEA o de la mar en coche que se encargaban de la seguridad de las hijas del emperador del planeta Tierra y que no se dieron cuenta de nada.

Yo me imagino algunos escenarios posibles. A saber:

a - "Mientras sucedian los hechos ¿estaban atentos al vino que se estaban tomando o preferían custodiar los culos de las chicas que pasaban por la vereda?"
b - "No sé por que, pero se me ocurre que ustedes tienen un problema."
c - "¿Como se ven para hacer custodia de los perros de la tía abuela de Bush cuando los llevan a cagar al desierto en Texas?"

Pero también pienso que tratándose de profesionales del área de seguridad del gobierno de los EEUU, estos tipos debían tener una explicación para lo sucedido. A saber:

a - "Fue una operación típica de Al Queda. Hay rumores de que se lo había visto a Bin Laden bailando tango en 'Cachafaz' pero que escapó en un mateo antes de que pudieran atraparlo."
b - "Esto es nada más que la prueba fehaciente de que urge la intervención militar de San Telmo como parte integral del Eje del Mal. Después de Irak pero antes que Corea del Norte."
c - "Y, ¿que quería que hiciéramos, jefe? Las pibas son bravas."

Pasa muchachos, pasa. No se amarguen.

Lo dijo Bioy

"No he encontrado en las feministas mayor simpatía por las mujeres."

Aclaración

- Esta bien. Nadie me quita lo bailado. Pero, ¿quién me lo devuelve?

miércoles, noviembre 22, 2006

Brindo por las mujeres que derrochan simpatía


En el último encuentro que tuvimos con Estevan y Heitor nos dimos cuenta que los tres teníamos la misma edad –treinta y seis- y eso, ingenuamente, nos llenó de una curiosa satisfacción narcisista.
- Qué buena generación, ¿verdad? –dijo Heitor.
- Último coletazo del amor libre –observó Estevan- antes del advenimiento de las dictaduras más duras, tanto en Brasil como Argentina.
- Y no somos aquellos adolescentes dañados por la represión militar que ahora andan por los cuarenta y pico –continué yo- ni los desorientados veinteañeros de hoy en día, criados entre la desilusión de las utopías en los ’90 y la angustia de la globalización.
- Nosotros –se entusiasmó Heitor- somos los brotes crecidos en los ’80, una década perdida estéticamente pero llena de promesas.
- Cosecha del ’70 –dije en voz alta, pensando en que las bodegas saben identificar la calidad de sus vinos de acuerdo a los años en que la zafra de sus uvas fueron mejores.
A partir de ahí, como era previsible, pasamos al tema de las mujeres. Y de sus cosechas.
- Si me apuran no sabría quedarme con un sólo año en particular –dijo Estevan-. Pero por mi experiencia, diría que las mejores cosechas van desde la del ’83 a la del ’80.
- La del ’83 es extraordinaria –dijo Heitor-. Tiene el equilibrio justo de aroma y sabor.
- Y ninguna aspereza –agregué yo-. Sin embargo no se puede negar el encanto de algunos vinos más adultos.
- ¿Por ejemplo?
- Yo he probado deliciosos cosechas ’75, ’73 y hasta ’70. Aunque reconozco que cada vez se hace más difícil encontrar uno bueno.
- Es que se pican con facilidad –dijo Heitor-. Y los buenos buenos, no suelen estar al alcance de cualquiera.
- Esas cosechas serían siempre increíbles si los bodegueros cuidaran mejor de sus varietales –reflexionó Estevan-. Piensen: lo tienen todo. El tiempo de maduración, el color, el cuerpo, el bouquet. Pero se echan a perder como si nada. Y se vuelven avinagrados y desagradables al paladar por puro descuido.
- ¿Y que me dicen de un vino bien joven? –preguntó Heitor-. Yo he tomado algunos inolvidables.
- ¿Qué tan jóvenes? –nos alarmamos Estevan y yo al mismo tiempo.
- Máximo cosecha ’90, y sólo si es un caso excepcional. Pero es más fácil que haya oportunidades de probar los del ’87, ’88, y ’89.
- Y… -sacude la cabeza Estevan- siempre son una tentación y un riesgo. Suelen ser vinos muy llamativos pero poco rendidores.
- ¿En su relación precio – calidad? –pregunto.
- Exactamente. Te pueden enviciar y aunque de entrada te sorprendan, te cuestan la sangre de un ojo y no suele ser una experiencia genuinamente gratificante al cabo de cierto tiempo. El vino necesita asentarse para encontrar su equilibrio. Y uno debe cuidarse de ciertas formas de alcoholismo porque después se sufre.
- ¿Y que pasa con las cosechas del ’70 hacia atrás?
- ¿Qué tan atrás? –pregunta Estevan.
- Las de los ’60, por ejemplo. Aquellas que fueron concebidas en pleno auge del amor libre.
- ¡Ah! –se sonríe Estevan- Es que ahora ya no estamos hablando de vinos. Eso es cognac. O sea: si es bueno, es muy bueno. Pero si no, te arruina el estómago.

martes, noviembre 21, 2006

Prohibido para mayores de 18 años (con restricciones)

En un descuido se envalentonaron y empezaron a hablar de 'relación', de 'compromiso', hasta de 'noviazgo'. Tal vez fue el vino o la distancia. De repente reaccionaron. El preguntó tímidamente:
- Pero... ¿vos en serio querrías ser mi... novia?
- Ehh... creo que todavía somos muy jóvenes para eso.

lunes, noviembre 20, 2006

Debut

Había empezado como un encuentro de 'café' pero a esta altura ya habían llegado al vino. Ella hacia el papel de mujer seria y él la dejaba jugarlo mientras se tomaba el tiempo para descubrirla. En determinado momento la charla se puso al rojo vivo y ella hizo el último movimiento de ese personaje que había imaginado adecuado para si misma. Dijo con timidez:
- ¿Sabés? En toda mi vida sólo tuve cinco hombres -y agitó los dedos de la mano que no sostenía la copa delante de sus ojos.
- ¿Ah, si? -fingió sorpresa él. Y adelantándose en la mesa, la tomó suavemente de la muñeca y le susurró- Porque lo que yo quiero es inagurar la otra mano.

Sexo de sobremesa

Eran cuatro mujeres en una mesa de un restaurant. Y lo que ocurre cuando una le da manija a la otra.
- ¿Vamos a comer algún postre? -preguntó una después de varios tragos.
- ¿Qué hay?
- A mi me gusta esta tarta de chocolate.
- Mmm... la que es "tibia y húmeda".
- ¡Tibia y húmeda! -gritó entonces la más exaltada.
- Si es esa es para compartir.

La Historia de mi Vida (¡Felices 260 comerciales!)

domingo, noviembre 19, 2006

La calma que precede a la tempestad


En Sao Paulo lo primero que se aprende es que el tiempo cambia. En un mismo día uno puede sentir frío y después calor, tomar sol al mediodía y caminar bajo la garúa antes del anochecer. Los paulistas no usan bermudas -a no ser que sepan que van a volver a casa en un máximo de tres horas- y lo más importante: siempre, pero siempre, cierran todas las ventanas antes de salir.

Ya el otro día, en que salí con bermudas de mañana, tendría que haber sospechado que algo estaba empezando a ir mal. "¡Hoy si que estás vestido de gringo!" me dijo Heitor a las carcajadas. Claro, él no usa pantalón corto ni para meterse a la pileta. Pero cuando empezó a refrescar, yo ya estaba de nuevo en mis dominios.

Hoy salí de mañana y hacían 31º así que dejé todas las ventanas abiertas. Cuando volví creí que mi casa estaba en condiciones de ser la próxima sede para un campeonato de water polo. Los libros empapados, la computadora perlada como una botella de Coca de comercial, tazas quebradas en el piso, hojas flotando sobre el parquet. Tuve que sacar el edredón y las sábanas de la cama: de los dos metros por dos que tiene, el 80% estaba cubierto de agua como Venecia. En vez de secar la mesa con un trapo, agarré el secador y tal como hubiese hecho un croupier, arrastré el agua hasta el piso mientras decía "¡No va máaaas!".

Bueno: tendré que aprender para la próxima vez. O acostumbrarme a que siempre que llovió, paró. Y que después hay que secar.

viernes, noviembre 17, 2006

El libro negro del cazador (manual de emergencia)

¿Vieron "El Libro de la Selva" de Disney? ¿Vieron esas escenas en que la selva es presa del fuego y todos los animales corren como desesperados por su vida? ¿O era en "El Rey León"? Bueno, no tiene importancia. De cualquier manera lo que a veces pasa es que el equilibrio natural de ese ambiente salvaje se altera cuando el fuego purificador amenaza flora, fauna y cultura de esos seres vivos tan inquietos y confiados.

Heitor me llama por teléfono. Algo en su voz me indica que no es un llamado cualquiera.
- Necesito que hablemos.
- ¿Qué pasa?
- S. -a partir de este punto llamamos S. a la actriz cuyo nombre no debemos revelar-.
- ¿Qué pasa con ella?
- Está desbocada.
- Mierda. ¿Tomamos un café?
- Por favor.

Nos encontramos y lo veo visiblemente preocupado. Esta tal S. es una actriz bonita y famosa que vive en Rio de Janeiro. Heitor la conoció en una fiesta la semana anterior y pasaron la noche juntos.

- Es un encanto -me dice-. Es linda, inteligente, talentosa, cariñosa, sexy. Todo lo que sueño que una novia debería ser. Pero le hablé de como me sentía, de las cosas que quiero para mi vida, de mis planes para el futuro. Fuí sincero. Creo que la cagué.
A esta altura empiezo a entender mejor. La situación es grave.
- ¿No me digas que le contaste que querés tener una novia de nuevo, que sea compañera, que pueda compartir con vos el mundo del cine?
- Si.
- ¿Hablaste de Goddard y Ana Karina, de Truffaut y Fanny Ardant?
- Si.
- Qué irresponsable. ¿Y le dijiste que querías tener hijos?
- Si, si, dije todo -confiesa avergonzado.
- Ahora decime en que fase de la emergencia estamos. ¿Ella como reaccionó?
- Me llamó diciendo que se separó del marido, y que...
- ¿Se separó del marido por vos?
- ¡No! Estaría todo como el orto y se habrá embalado. No me quiero hacer cargo de ese muerto. Ya se lo dije.
- Bueno, calma. ¿Y entonces?
- Entonces viene de Rio en el puente aéreo sólo para pasar esta noche conmigo. Hoy filmó, mañana tiene función de teatro pero igual se viene.
Heitor mientras habla tiene el rostro desencajado, como Bambi cuando escucha los gritos de su madre y los disparos en el bosque.
- Le dije -me cuenta- que estaba en busca de una relación seria y me dijo "entonces tengamos una relación seria". Ahi le dije que ella estaba casada y me dijo "no por mucho tiempo". Después que era difícil con ella viviendo en Rio y me dijo "me mudo a Sao Paulo". Entonces agregué que quería tener hijos, pensando que era un serio demasiado serio para ella. Pero me dijo "tengamos".
- ¡Uf! Estas actrices son peores que los kamikazes japoneses. No sienten compasión ni por el avión que manejan.
- No sé que hacer. Está presionando mucho.
- Estás aterrorizado.
- Si.

Ahi desempolvamos la cartilla de emergencias. No había otra solución. Revisamos juntos, punto por punto, el procedimiento básico.
- Primera precaución: duplicación del control de natalidad. Puede ser una Terrorista del Diafragma -como las llamaba mi amiga Anita a esas que decían que se cuidaban y en el primer descuido te embocaban una bomba atómica como el Enola Gay- así que no se puede confiar.
- La segunda precaución es la rápida revelación de todas las mañas y defectos desagradables que uno tenga -o que cree que podría desarrollar en los próximos treinta o cuarenta años- y su exposición cruda, sin atenuantes. Tiene que convencerse hoy mismo de que sos un garca, que no tenés escrúpulos para cogerte amigas, hermanas, madre y/o sobrinas. Que sos egoísta -aconsejo que en la cena hoy pidas tu comida sin preguntarle a ella si quiere algo-, que sos sucio, que votas al candidato que ella detesta, que odias a los niños. Si no funciona hay que pasar a las alternativas severas: que sos golpeador, que no se te para tan seguido como ella cree, que todavía soñás con tu ex. Hay que desactivar el mecanismo de proyección, patear el proyector, romper la lámpara, destruir la pantalla. Hay que transformar al Príncipe Azul en un monstruo espantoso.
- ¿Hay tercera precaución?
- La tercera precaución es la Solución Final: ejectarse y pasar a la clandestinidad. Cerrar la boca para siempre; y después hacerse aspirina.

Sensación térmica

- Hace frío.
- ¿Sí?
- Claro. Por eso uso gorro. El frío se sufre en la cabeza.
- Sin embargo yo lo siento más en los pies. Si tengo los pies abrigados no tengo frío.
- Lo que hay que cubrirse bien es la nuca. Parece que en la nuca hay un órgano que es el regulador de toda la temperatura del cuerpo. Se te enfría el órgano y no hay abrigo que te salve.
- Que raro. Te digo que yo lo que tengo que cubrirme bien son los pies.
- Quien sabe. Puede ser que ese órgano vos lo tengas en los pies. Por ejemplo: la mayoría de la gente piensa con la cabeza, pero vos no se sabe bien con que parte del cuerpo pensás.
- Y en tu caso, ¿cuál de las dos cabezas es la que piensa?
- Preguntale a tu hermana. Ella me chequea el coeficiente intelectual.

jueves, noviembre 16, 2006

Inspiración a la piedra

- ¿Ella es tu musa?
- Si. Mi musa con faina.

Salón fumador

Belén fuma y se preocupa seriamente de las consecuencias que le puede acarrear el vicio.
- Pienso que el pelo debe sufrir mucho con el tabaco, ¿no? Porque lo que le pase a los pulmones me importa un carajo. ¡Cómo si pudiera verlos!

Requisito profesional

- ¿Quieren casarse? -le decía la directora de planeamiento estratégico a un grupo de chicas más jóvenes de su departamento-. Entonces vayan a misa.
- ¿Cómo?
- Vayan a misa; ahí está lleno de hombres que quieren casarse. Pero si piensan que pueden salir los sábados a la noche, conocer a uno en la disco, emborracharse, coger en el telo y después armar una familia, ustedes no pueden seguir trabajando en el planeamiento de nada.

miércoles, noviembre 15, 2006

Brazil in Casablanca



Si imaginamos que podría haber existido una secuela de "Casablanca", nada nos impide seguir viaje y fantasear con la tercera parte también. Después de todo, lo único que hace falta para que existan segundas - y terceras- partes, es tener éxito en la etapa precedente. Y éxito tuvimos, si señor.

Así que el principio de la tercera parte de la saga del enigmático Rick y la bella Ilsa nos encuentra en una playa paradisíaca de lo que parece más el noreste de Brasil que las costas africanas –filmar allí tal vez haya sido alguna necesidad de la producción que el departamento de arte no consiguió resolver adecuadamente, es difícil saberlo-. De cualquier manera está lleno de negros alrededor y toda la acción se concentra en la feliz pareja. Parece que Ilsa–en esa parte borrosa que siempre me es difícil reconstruir- eligió a Rick y este abandonó su cara de piedra, junto con aquella actitud de superado que le era tan propia, y se rindió a sus encantos. Verosímil o no, así es como están las cosas entre ellos al empezar esta nueva historia.

Menos melodramática que la segunda parte, la tercera edición de Casablanca es mucho más una película de aventuras que un retrato desgarrado del amor. Hay peligrosos viajes en avioneta sobre el mar azul, tormentas tropicales, tráfico de joyas de plata, encuentros con caracoles gigantes. En una escena de alto voltaje adrenalínico, Ilsa y Rick sufren el ataque de unas terribles moscas carnívoras, del que salen airosos a pesar de los momentos de angustia que les toca en suerte.

En esta secuela tampoco falta la apelación al sexo como gancho comercial. Durante una secuencia memorable, Ilsa entra al mar y se quita la ropa para nadar desnuda en los brazos de Rick. A continuación son despojados de algunas pertenencias que habían dejado en la playa, en lo que algunos críticos han querido ver una pobre maniobra del tipo ‘crimen y castigo’, elaborada por los guionistas para ser condescendientes con la censura puritana.

De todos modos, después de este delicioso primer acto, excesivamente dulzón para algunos espectadores ortodoxos de la saga, vuelven las separaciones -esta vez temporarias y circunstanciales-, las ansiedades y la falta de certezas respecto del futuro. Ilsa no está preparada para quedarse en la árida Casablanca y Rick sabe que sigue está aferrado a ese rincón del mundo a pesar de su falta de raíces. Promete viajar a Europa en cuanto le sea posible y en la primera separación esperanzadora de todas las Casablancas que se han filmado, ambos se besan en el aeropuerto con ternura, sabiendo que ya nada podrá separarlos realmente.

Pero al llegar de regreso a su casa, Ilsa descubre con espanto que es buscada por las autoridades migratorias. El mundo está cambiando a gran velocidad desde el fin de la guerra y las naciones olvidan rápido que alguna vez estuvieron unidas alrededor de una causa común. Ilsa debe entonces refugiarse en una morada inóspita, en un barrio peligroso donde no se siente segura pero en el cual es posible sortear la persecución política. No tiene dinero y pasa momentos de verdadera vergünza, como en la escena en la cual, al más puro estilo del neorrealismo italiano, sucumbe a la tentación de tomarse un helado y debe recurrir a la compasión de la heladera para que la deje marcharse sin pagarlo.

Rick se entera de esta situación desesperanzada y le garantiza toda la ayuda necesaria para salvarla. Pero la familia de Ilsa insiste en que se refugie en el pueblo donde creció, a pesar de que ella se niega a volver: es que el regreso implica el fin de toda esperanza de continuar con Rick. Los tiempos se aceleran, urgen las decisiones. En un giro inesperado de la historia, Rick planea la fuga de Ilsa rumbo a Casablanca. De esta manera, en una variación del tema final de la primera entrega, se invierte el sentido de la huida. Una idea argumental sencillamente soberbia.

A pesar de todo, Rick sabe que se trata apenas de una solución temporaria y que las cosas deben cambiar para poder continuar vivas. En otra escena de enorme emoción, Rick escucha el tango "Volver" cantado como flamenco y se pregunta si no habrá llegado el momento de mudarse nuevamente. Piensa: “Las cosas pueden ser distintas; el cambio constante, al final, es lo único que existe”.

Como la película todavía está en sala, no quiero arruinárselas contando de más y que desistan de ir al cine. Además como aún no terminó, el final-final, la verdad, no lo conozco. No lo conoce nadie. ¿Quién podría conocerlo? Sólo Dios, ese Gran Productor.

Pero él está en Hollywood.

martes, noviembre 14, 2006

El libro negro del cazador (apéndice)

Después de varias sesiones de trabajo (como esta y esta otra), las Celebridades del Mal hemos llegado a la aprobación cuasi unánime de un cuerpo legal, un código bendecido y beatificado, que hoy nos complace publicar, en exclusiva y tal vez por única vez, en este discreto medio. Es que "no hay que avivar giles", como diría un borracho amigo y tal vez tenga razón. Pero yo creo que vale más pensar que es "mejor no hacer olas, porque los pescados se rajan" antes que preocuparse por compartir lo que se aprende. Así que vean los Nuevos Diez Mandamientos de la jungla, revisados y reeditados para los lectores de habla hispana:

1) La jungla no es para cualquiera; y la ley es la de la selva.
2) No existe caza, sólo cazadores.
3) No se toman prisioneros.
4) La que quiere, quiere. La que no, a otra cosa.
5) El modo nocturno es mejor.
6) Para los amigos, todo; inclusive 'aquello'.
7) La calidad del acecho influye sobre el zarpazo.
8) Hay días para ser hiena y días para ser león; pero todos los días son días de cacería.
9) Se puede tercerizar la caza.
10) Caben muchos más de diez.

lunes, noviembre 13, 2006

Las minas duras bailan solas

Parece que sucedió así: F. se estaba separando de su marido y hablaba con la amiga que conoció por ser pareja de un amigo de su marido.
- Me di cuenta que todo se había terminado cuando me dejó de gustar que me besase. Porque que te cojan, todo bien. Pero que me bese, no da.
Ahí la amiga se sintió identificada, se separó antes que F. y se hicieron más amigas todavía. Los amigos abandonados desaprobaron esa amistad como se desaprueba el contacto íntimo con los leprosos. Días después, las chicas volvieron a hablar por teléfono.
- Me separé de B. Ya no estoy viviendo en casa –dijo F.
- Si querés venir a vivir conmigo un tiempo, yo feliz –dijo la amiga.
- Te lo agradezco, la verdad es que me gustaría.
- Venite entonces.
- Bueno… pero hoy voy a encontrarme con B. Cuando termino te llamo y voy para allá.
- Entonces va a ser tarde, ¿no?
- ¿Por?
- Y… seguro que se va a demorar. Van a hablar, te vas a poner mal, vas a llorar, se te va a tener que pasar y recién entonces me vas a poder llamar.
- Mmm… no es para tanto, no vayas a creer.
- ¿Tipo tres o cuatro entonces?
- Si.
- Igual, sea la hora que sea, me llamás y te venís.
- Gracias. ¿Hay cerveza?
- Seguro.
- Buenísimo.
- La vamos a pasar bárbaro.
- ¡Qué te parece!

Los tipos duros no bailan

Continuación de un almuerzo tardío de sábado: seguimos los tres en una mesa. Ya se terminaron los crepes suzette y no estamos solos. Ha llegado Patricia Z. (aquella sin la cual, según Estevan, "ninguna mesa de hombres está completa" ). Tiene un día en que está mala y se empeña en defender con uñas y dientes a una chica que a nosotros no nos gusta. Eso de repente nos pone malos a nosotros. Suena la campana y empieza el primer round.
- Digan lo que digan, ella es muy inteligente.
- ¡Bárbaro! –dice Estevan-… para estudiar juntos. Porque con eso en la cama, te juro que no pasa nada.
- Cuando comienza el sexo, se termina la cultura –pontifica Heitor.
- No entiendo como no son capaces de apreciar la inteligencia de una mujer –protesta Patricia.
- Es que la inteligencia –digo yo sabiendo que estoy provocando una tormenta- suele ser inversamente proporcional al atractivo sexual.
- ¿Ah si? ¿Me están diciendo entonces que yo no tengo ningún atractivo sexual?
- O que no sos tan inteligente como crees.
- Touché.
- La maldad no es inteligencia –cañonea Heitor conciente de que la guerra química ya empezó y se viene la lluvia ácida.
- Va a ser mejor que no siga hablando con ustedes –dice Patricia seriamente.
- El silencio tampoco es profundidad –concluye Heitor.
Knock out técnico. Que entre la próxima.

domingo, noviembre 12, 2006

Nuestro juego de la oca de cada día

Nos encontramos los tres en un lugar ideal para almorzar un sábado soleado a media tarde. El steak tartare es insuperable y el paisaje siempre depara sorpresas. Una chica interesante en la mesa de al lado se hace mimos con lo que parece ser su novio sin merecerlo. Estevan -si con 'v', no es un error, es brasilero- la ve primero; o tal vez haya sido yo.
- Podría enamorarme de ella –dice casi para si mismo.
- ¿Para tanto? –se sorprende Heitor. Y entonces Estevan, que parece una estrella de rock, estilo Brad Pitt después del bajón de heroína, explica su teoría de las barreras.
- Decir “podría enamorarme de ella” es apenas el lanzamiento hacia adelante de mi proyección. A partir de ahí empieza la carrera de obstáculos. Y hay que saltar todas las barreras.
- ¿Cuáles son las barreras? –pregunto.
- La primera es la barrera de la mirada. Nos miramos, nos estudiamos, vemos si nos gusta lo que pasa al vernos mutuamente. Si se pasa una barrera, se avanza al siguiente casillero. La meta es el amor. ¿Me siguen?
- A esa podríamos llamarla también la barrera sensorial externa, ¿verdad?
- Perfectamente.
- ¿Cuál seria la segunda barrera? –pregunta Heitor más interesado. Estevan es como un filósofo de la posmodernidad y del desasosiego, pero creemos que sabe de mujeres. Después de todo también es una Celebridad del Mal.
- La segunda barrera es la cultural -nos instruye- y en verdad son varias barreras. Puede que haya algo en su cultura que te repugne profundamente y que haga imposible el avance al siguiente casillero. Pero si las barreras culturales no te detienen, ya es muy posible que se llegue lejos.
- Hasta “podría enamorarme de ella”… ¿no?
- Exacto –dice Estevan- Toda conquista empieza con mil puntos a favor. Uno está lleno de entusiasmo, tiene sed de triunfo.
- Lo que no quita –me atajo yo- que no puedan perderse ochocientos puntos en un segundo porque en el primer contacto la chica hace un gesto que no habíamos visto antes o dice algo que la catapulta lejos del camino del ideal.
- O que pase –dice Estevan con aire de misterio- lo que raramente ocurre: que la mujer demuestre estar por encima de esos mil puntos esperanzadores con los que empieza toda carrera y haga reventar los relojes que miden su puntuación desafiando las leyes de la física.
- ¿Y que pasa cuándo se pierden todos los puntos? –pregunta Heitor.
- Cuando se pierden los últimos puntos se acabó todo –dice Estevan-. Ya me ha pasado despertarme a la mañana y mirar a mi lado a la preciosísima chica con la que me fui a dormir la noche anterior y ver de repente algo que no había visto –una mancha de la piel, unos pliegues groseros, un hueso medio deforme- algo que hiere mi sensibilidad estética y que me hace querer salir corriendo para no volverla a ver nunca más.
- Eso es porque se te acaba la proyección –digo yo- tal como se acaba el rollo de película en el proyector y desaparecen las escenas coloridas y felices. Durante unos segundos finales la luz en la pantalla es blanca, intensa y desconcertante. Después todo se vuelve oscuro.
- No –contesta Estevan-. La metáfora para mi es otra: la proyección no se acaba; sigue dentro de mi cabeza. Lo que falla es la pantalla; como si se rasgara.
- ¿Y que pasa cuando uno es la pantalla y no el proyector? –nos larga Heitor sin mayores preámbulos-.
- ¡Ah! –dice Estevan con una sonrisa-. En ese caso se trata de mantenerse blanco e impoluto todo el tiempo que se pueda.

sábado, noviembre 11, 2006

The walrus is Paul

En "High Fidelity", el protagonista de Nick Hornby se pasa la novela entera haciendo listas de Top Five para definir con canciones lo que fuera que estuviera sintiendo en ese momento. Ayer en el blog de Charlotte leí este test que le propuso ella y me pareció que valía la pena hacerlo.

"Elegir a una banda o cantante que le guste y responder cada una de las preguntas de este cuestionario con el título de alguna de sus canciones".

Elegí a The Beatles -recordando que hay una teoría de dudoso enciclopedismo que dice que "todo perfil de personalidad que existe es encuadrable a través de la identificación del individuo con alguno de los Cuatro de Liverpool"-y lo hice. Lo único es que no pude decidirme por una única canción y desafiando las reglas, perdido en la dualidad -como buen ascendido en Géminis- puse dos canciones por punto. Hagan la prueba ustedes tambien.

1. Eres hombre o mujer? 'I’m the walrus'/ 'Taxman'
2. Descríbete: 'Glass onion'/ 'You won’t see me'
3. Qué sienten las personas acerca de ti ? 'Nowhere man'/ 'Day tripper'
4. Como describirías tu anterior relación sentimental?: 'I should have known better'/ 'Fixing a hole'
5. Describe tu actual relación con tu novia o pretendiente: 'Magical Mystery Tour'/ 'Got to get you into my life'
6. Donde quisieras estar ahora? 'Across the Universe'/ 'Here, there and everywhere'
7. Como eres respecto al amor? 'Here comes the sun'/ 'It´s only love'
8. Como es tu vida? 'Tomorrow never knows'/ 'A day in the life'
9. Qué pedirías si tuvieras un solo deseo? 'Everybody’s trying to be my baby'/ 'Let it be'
10. Escribe una cita o frase sabia: 'Come togheter'/ 'Run for your life'
11. Ahora despídete: 'Hello Goodbye'/ 'Wait'

¡Ah! Y en cuanto al Beatle que me define, yo diría que soy incuestionablemente McCartney.

viernes, noviembre 10, 2006

Realismo literario

En el final del almuerzo leí:

"A veces se abandona la escritura porque uno simplemente cae en un estado de locura del que ya no se recupera nunca. El caso más paradigmático es el de Hölderlin (...) Pasó los veintiocho últimos años de su vida encerrado en los manicomios de Waldau y Herisau, dedicado a una frenética actividad de letra microscópica, ficticios e indescifrables galimatías en unos minúsculos trozos de papel".


Salí del restaurant y al cruzar la plaza para ir a mi casa lo ví. Estaba sentado en un banco bajo los árboles y lo primero que me llamó la atención es que nunca había visto a un mendigo de raza japonesa. Parecía un pobre campesino salido de una película nipona ambientada en el siglo XIX. Llevaba ropa gris y raída, la barba blanca y larga. A su lado había una enorme bolsa de basura, redonda de tan llena que estaba de cosas que no se distinguían bien que eran.

El anciano ni siquiera notó mi presencia. Estaba absorto en algo que escribía en una libretita apoyada en su mano, sobre las piernas. Al pasar a su lado miré de reojo lo que hacia. No pude leer nada pero me sorprendió que escribiera con tinta muy negra minúsculas líneas de texto, aparentemente continuas y uniformes de tan pequeñas las letras.

Durante un instante me paré y lo miré. Pero no tuve coraje de interrumpirlo.

Cidade Graffiti

Sao Paulo nao tem saída.
Só viadutos, ruas e avenidas.






jueves, noviembre 09, 2006

Mucho.

Hoy se fue y me dejó:

mucho sueño
hojas rosas
olvidadas, secas y planas;
mucho jugo de tomate,
un chupetín junto a una Virgen
la sensación de querer más.

lunes, octubre 23, 2006

Fe de erratas & ratones.

Leyó el último post que hablaba de ella y me susurró, con una voz ondulante:

- Qué lindo... pero no es 95.
- ¿Ah, no?
- No. Es 100.

Mierda. Podría haber editado el título pero me pareció que el hecho era merecedor de una nota aclaratoria especial.

domingo, octubre 22, 2006

95 C

Al poco tiempo de habernos conocido le compré de regalo un conjunto de tanga y soutien en una casa de lencería de Jardims que es divina. Me gusta regalarle ropa interior a las chicas: es el regalo perfecto, porque es tanto regalo para ella como para uno. Cuando viajé a Buenos Aires se lo llevé. La tanga le quedaba bárbara pero el soutien tenía un desfasaje clásico de relación de tamaño taza-espalda.
- Bueno, lo voy a tener que arreglar -me dijo resignada pero resuelta.
Semanas después de ese incidente, desde acá se me ocurrió preguntarle por el soutien.
- No lo voy a poder arreglar -se lamentó en el teléfono-. Es que no creo que vaya a quedar bien.
- Entonces vas a tener que venir a Sao Paulo para poder cambiarlo -le dije con astucia.
Ella contestó que si sin demasiada convicción, aunque entonces yo no haya notado nada extraño. Es que ya se avecinaban nubarrones negros que yo todavía no había visto. A partir de ese momento nuestras acciones como posible dúo romántico se precipitaron cuesta abajo y finalmente supimos que ya nunca vendría a Sao Paulo.

Nos volvimos a ver en mi siguiente viaje a Buenos Aires sólo para despedirnos. Pero por las vueltas de la vida, terminamos juntos de nuevo. La tormenta había cambiado de rumbo y con el viento a favor, comprobé que eran mis velas las que se desplegaban y me conducían a mejores puertos.

Ahora resulta que pasado mañana viene para acá. Y las cosas están mucho más atrevidas que en aquellas primeras semanas inciertas. Pinta que nos iremos a la playa y nos diremos cosas bobas en el mar.
- ¡Estoy muy ansiosa de que nos vamos a ver de nuevo! -me dijo en el teléfono.
- Yo también estoy muy contento de que viajes. ¡Ah! Acordate de traer el soutien para cambiarlo.
- No hace falta -me dijo llena de alegría-. Ya lo arreglé.

"¡Qué bien!", pensé yo. Se ve que cuando se arregla lo principal, el resto son bobadas.

Balance: reminiscencias & figuras.

Empecé este blog con el año, como las dietas. Y hoy estuve revisando al voleo algunos de los posts que escribí hasta la fecha. Observé como el estilo cambiaba, como hubo momentos de hacerse el chistoso y momentos de reflexión más serios; hubo ocasiones en las que me enojé con el mundo (¡si! ¡yo también puedo ser feminista & mexicana!), en que el fútbol tomó importancia como termómetro de alegrías y tristezas, en que me abandoné a las descripciones, a los lugares por los que viajaba, a los recuerdos dispares. Hay meses en los que estaba más prolífico que otros. Pero lo más notorio es que cuando no estaba con ella es cuando más escribía. Porque en este blog, a partir de cierta fecha, lo que escribo lo escribo pensando en que ella lo lea.

sábado, octubre 21, 2006

Yo me rio de janeiro.

- Qué gracioso, ¿no?
- Más o menos.
- ¿Qué? ¿No te pareció gracioso? -digo con alarma.
- La verdad es que no me hizo gracia especialmente.
- Pero... ¡si es muy gracioso! En serio, ¿no te pareció gracioso?
- Bueno... si me parece gracioso.
- Che, tampoco te estoy pidiendo que me des la razón como a los locos -la atajo.
- ¿Y que querés? -me dice-. Ya te dije que me pareció 'más o menos gracioso' y vos me seguís insistiendo. ¿Por que iba a cambiar de opinión de un instante para otro?

viernes, octubre 20, 2006

El libro negro del cazador (segundos capítulos).

Finalmente volví a Sao Paulo, la ciudad invisible. Y como era lógico, una vez atravesada la nube de smog bañado de garúa y las hordas del tránsito, se materializó a mi alrededor el mundo mágico de la noche paulista, ese que nunca decepciona y a veces sorprende.
No tenía ni veinticuatro horas de llegado que mi amigo Heitor me avisa:

- Fuiste incluido entre las Celebridades del Mal.

Pregunto con timidez en que consiste ese título de dudoso prestigio y en la explicación que escucho nada me aclara ni del concepto ni del objeto de haber sido señalado como parte de esa misteriosa organización. Pero a continuación pregunto sobre los otros miembros y la mención de sus nombres, uno tras otro, me ayuda a hacerme una idea más acabada de lo que se esconde atrás de ser una Celebridad del Mal.

Si creen que el resto del post consiste en explicar de que se trata, lamento decepcionarlos. Sólo vale decir que al adentrarme una vez más en la noche paulista, reapareció con fuerza la imagen de jungla que ya habíamos comentado en este post inspirado. Así que aprovechamos la ocasión para afinar el nuevo concepto a ser incluido en este manual del cazador avanzado: la Tercerización de la Caza.

- Existe la selva profunda, o mato, donde siempre se trata de matar o morir -explica Heitor-. Después existe la sabana, el campo abierto, donde se practica la caza cuasi deportiva. En la sabana están las gacelas y las cebras, los animales que corren y saltan, que huyen de sus depredadores a la luz de sol mostrando su agilidad y su destreza. En lo oscuro de la selva, donde reina el silencio y la luz del sol es esquiva, los peligros acechan a la vuelta de cada maleza, de cada árbol, hundidos en el fango. Allí no hay amigo ni enemigo. Todo animal que vive es comida.

- Para quien conoce la vida en la jungla -continuo la exposición yo- la sabana es el Paraíso.

-Exactamente -asiente complacido Heitor-. Ese es el punto al que quería llegar. Ahora estamos empezando a usar la estrategia del león.

Sé de que me habla, así que el comentario me sorprende genuinamente. Y digo boquiabierto:

- Entonces hemos llegado al punto más alto de la pirámide: a la Tercerización de la caza.

Mi amigo sonríe y asiente satisfecho. Porque el asunto maravilloso aquí es que el león no caza nunca: la que caza es la leona. El león espera echado a que sus leonas hagan todo el trabajo y le traigan la carne fresca.

Antes de llegar a ser cazador, uno siempre es presa. Son ellas las que nos cazan. Cuando un hombre no quiere aceptar esto como una verdad absoluta, puede asegurarse que todavía no ha llegado siquiera al estado de presa. Es apenas un gatito que corre atrás del ovillo de lana y se entusiasma con el éxito de su hazaña.

Pero cuando se asciende de cazador a león uno ha llegado adonde sólo el Rey de la Selva pudo llegar de verdad: a que ellas salgan de cacería para que uno coma.

Algunos prefieren llamar a las leonas, 'entregadoras'. De amigas, de conocidas, de parientas, de lo que se les pida. Yo prefiero llamarlas leonas. Nadie caza mejor que una leona.

- Así de degenerada está la cosa -concluye Heitor.

martes, octubre 17, 2006

Género salvaje.

Por cuestiones astrológicas, le pregunté la hora precisa de su irrupción en el mundo y me dijo que se fijaría en su partida de nacimiento porque era seguro que no podía confiar en la memoria de su madre. Tenía la certeza de que se confundiría entre ella y su hermana. Hoy me avisó que nació a los quince minutos de haberse iniciado el Día de Todos los Muertos.

- Por lo menos es lo que han puesto aquí -me dijo todavía desconfiando-. Y donde figura de que género soy ponen 'hembra', porque se ve que nací cuando en España todavía se podía usar esa palabra.

No sé la hora de nacimiento. Pero en lo que respecta al género, puedo dar fe de que ese es el suyo. 'Femenino', como si fuera una toallita higiénica o un baño público, no está a la altura de lo que ya conozco de ella.

lunes, octubre 16, 2006

Respiración artificial.

Que en los últimos años post crisis aliancista Buenos Aires se transformó en un polo turístico de moda, ya lo sabíamos. Que la 'viveza criolla' es menos criolla y más porteña, creo que es un hecho. Pero que esta característica oportunista de dudosa decencia pudiera transformarse alguna vez en franco producto de comercialización for export, sin trucos ni matices, es algo que me sorprende. Porque al ser sincera, la avivada pierde un poco de su esencia. Pero si lo es tanto que la víctima reafirma su condición de gil a la vela, el vendedor pasa de vivo a Gardel sin escalas.

Hoy vi en un pituco negocio del Buenos Aires Design que se venden unas latas de conservas vacías, en cuya etiqueta consta que se trata de "aire".

Si, si: "aire"... en lata. Para que se conserve mejor, me imagino.

Unas etiquetas dicen sencillamente "Aire de Palermo", otras "Aire de Buenos Aires". Algunas variedades más específicas ofrecen "Aires de amores nuevos por venir" o "Soplidos de besos, bla, bla, bla". En fin...

Los tiempos del obelisco de ónix, los gauchitos de Molina Campos en cerámica y la billetera de cuero de carpincho ya fueron. Algún genio descubrió que ahora lo que hay que vender es "aire" porque los extranjeros lo compran.

Y cuesta diecisiete pesos con noventa cada lata. Felicitaciones. Eso es un verdadero souvenir porteño. Ojalá que alguien se haga millonario.

domingo, octubre 15, 2006

Sabiduria

No sé que decir. Así que no digo nada.

¿Estaré aprendiendo algo (finalmente)?

lunes, octubre 09, 2006

Nuevo amor.


¡Ay! Hacia tanto tiempo que River no me daba una alegría como la de hoy, que ya había empezado a olvidar lo que era ser auténticamente feliz. Pero esta tarde, los chicos de la Banda me mostraron que cuando parece que no hay futuro, siempre surge una luz de esperanza al final del túnel.

Llegué a Buenos Aires el lunes pasado y desde entonces no paro de sentirme cada vez mejor. Claro que ella tiene todo que ver. Y hoy River coronó mi alegría, demostrando que cuando algo está bien, puede estar cada vez mejor. Ahora sé que cuando me vuelva a Sao Paulo, me iré con la certeza de tener un nuevo amor. Y no se tratará de Fernando Bellluschi solamente. Aunque ya eso sólo sea bastante.

domingo, octubre 08, 2006

Confianza

- Yo confío en él -dijo ella, que es judía y tiene las tetas como dos melones. Y después agregó- Confío en él en base al espionaje.
- ¿Cómo?
- Claro. Yo lo espío, compruebo que se porta bien y entonces confío. Y te juro que es una confianza plena.

jueves, octubre 05, 2006

Abracadabra.

Cuando Bianquita tenía dos años y medio, andaba en pañales de acá para allá con sus rulitos, tan linda ella que yo me desesperaba por darle unos besos y unos mordiscones. Pero bastaba que tratara de alzarla en brazos, para que la pequeña hija de mis amigos empezase a chillar, interrumpiendo todas mis tentativas amorosas.

Un día su hermano Lucio me mostró que Bianca le tenía pánico a una máscara de goma que él guardaba en un cajón con sus juguetes preferidos. Bastaba que Lucio se pusiera esa máscara para que Bianca empalideciera y corriera desesperada a los brazos de sus padres. Obviamente, le prohibieron a Lucio que siguiera aterrorizando a su hermana con esa vil treta. Pero la pequeña, igual que el perrito de Pavlov, ya estaba condicionada. Sólo hacia falta que se le mencionara la máscara para que el recuerdo del terror sentido proyectase una sombra de pavor sobre su rostro.

Yo seguí intentando agarrarla y besarla, y ella siguió resistiéndose. Pero entonces yo decía las palabras mágicas:
- ¿Y dónde está la máscara?
Bianca se paraba en seco. Olvidaba todo lo que estaba haciendo y estiraba los brazos para que yo la levantase.
- Merá mero'ra máscara - susurraba mirando alrededor-.
- No te preocupes que no la vamos a dejar que venga. Ahora, ¿no me darías unos besitos?
Y la chiquita me llenaba de amor.

Moraleja: en materia de mujeres, si encontrás la manera de darles la seguridad que buscan, hasta las más difíciles se rinden sin condiciones.

miércoles, octubre 04, 2006

Geometría & perspectiva.

Hace un tiempo, en una de esas conversaciones de sobremesa que parecen una sesión de psicoanálisis o la visita anual al confesionario, le dije que yo en las relaciones de pareja tenía ‘tendencia a triangular’. Hoy, después de un comentario mío que no le cayó del todo bien, saltó como leche hervida y me sorprendió diciéndome:

- Y encima no es que seas un cabrón que se coje a la mujer de algún amigo o a las amigas de tu novia, sino que tenés ‘tendencia a triangular’.

Tal vez -pensé yo-. Es otra forma de verlo. Pero me pareció mejor no decir nada y acordarme de callarme la boca más seguido.

domingo, octubre 01, 2006

De magos, reyes y caballeros.

1.
Merlín le dice a Arturo, cuando se queja amargamente de haber sido vencido en un encuentro de caballeros.
- Hablas como un niño. No como un rey o un caballero, sino como un niño lastimado y rezongón. De lo contrario sabrías, mi señor, que un rey vale más que su corona y un caballero mucho más que su espada. Te portaste como un caballero al enfrentar a Pellinore sin armas.
- Y me derrotó.
- Te portaste como un caballero. A todos, en alguna parte del mundo, nos aguarda la derrota. Algunos son destruidos por la derrota y otros se hacen pequeños y mezquinos a través de la victoria. La grandeza vive en quien triunfa a la vez sobre la derrota y sobre la victoria.

2.
- Eres un hombre prodigioso – dijo Arturo a Merlín mientras cabalgaban-. Siempre te envuelve un misterio, como a un sueño. Aclárame tu profecía: ¿es verdad que debo morir en batalla?
- Es voluntad de Dios que seas castigado por tus pecados –dijo Merlín-. Pero debes alegrarte, pues tendrás una muerte digna y honorable. Yo soy el único que debe estar triste, pues mi muerte será vergonzosa, fea y ridícula.
Un nubarrón manchó el cielo y el viento sibiló velozmente en la enrramada.
- Si sabes como vas a morir –dijo el rey- quizás puedas evitarlo.
- No –dijo Merlín-. Es tan imposible de alterar como si ya hubiese ocurrido.
Arturo observó el cielo.
- Es un día negro –dijo-, un día turbulento.
- Es un día, un día como cualquier otro, mi señor. Es tu alma la que está negra y turbulenta.

3.
Cuando la doncella enviada por la Dama Lyle de Avalón mostró en la corte del Rey Arturo la espada que ceñia a su cintura, explicó que así debía cargarla hasta que un caballero de honra y bravura, de buena fama y sin mancha la tomase. Arturo le dijo entonces que había allí muchos nobles varones de honra y que él mismo haría el primer intento. Aunque tiró con todas sus furzas, no pudo sacar la espada de su vaina.
- Señor –dijo la doncella- es innecesario que recurras a la fuerza. El caballero a quien está destinada la tomará fácilmente en sus manos.
Arturo se volvió hacia sus hombres y les dijo.
- Ahora intentádlo vosotros, uno por uno.
- Quienes lo intentéis –dijo la doncella- estad seguros de no haber cometido deshonras, vilezas o desmanes.
Entonces la mayor parte de los caballeros reunidos intentó extraer la espada sin éxito alguno. Al fin la doncella dijo con tristeza:
- Pensé que aquí encontraría a hombres intachables y los mejores caballeros del mundo.
- En ninguna parte encontrarás caballeros tan buenos o mejores –dijo Arturo con disgusto-. Lamento que no tengan la buena fortuna de ayudarte.
Un caballero llamado sir Balin de Northumberland había permanecido aparte. Había tenido la mala suerte de matar en justa lid a un primo del rey y, a causa de malignas habladurías, lo habían confinado a prisión durante seis meses. Pero recientemente un amigo había expuesto la verdad del caso y el caballero había recobrado la libertad. Observaba la prueba ansioso de participar en ella pero como había estado en prisión, y era pobre, y vestía ropas sucias y raídas, no dió un paso adelante hasta que todos desistieron de sus tentativas y la doncella se dispuso a partir. Sólo entonces sir Balin la interpeló, diciéndole:
- Señora, suplico a tu cortesía que me permitas intentarlo. Sé que estoy pobremente vestido, pero mi corazón me dice que puedo tener éxito.
La doncella observó ese manto hecho jirones y no pudo creer que se tratara de un hombre de honor y noble ascendencia.
- Señor –le dijo-, ¿por qué deseas someterte a nuevas penurias cuando todos estos nobles caballeros han fracasado?
- Hermosa dama –dijo sir Balin-, la dignidad de un hombre no está en sus hábitos. La virilidad y la honra se ocultan en su interior. Y a veces no todos conocen sus virtudes.
- Hablas con verdad –dijo la doncella-, y has hecho bien en recordármelo.
Y así fue como Balin se acercó a ella y extrajo la espada sin dificultad.

5.
Merlín le dijo al Rey Arturo en una oportunidad:
- Es difícil entrever una aventura por sus comienzos. La grandeza nace pequeña.

("Los hechos y leyendas del Rey Arturo y sus nobles caballeros", John Steinbeck).

viernes, septiembre 29, 2006

Ausencia.


Ayer se estrenó la película de Heitor, fue un éxito, en el festival no se habla de otra cosa. Y yo que creí que iba a ir a la función de la noche y de la nada iba a aparecer ella, por primera vez sola, alguien nos iba a presentar, yo le iba a decir que hacia tiempo que ya la conocía, y ella se iba a hacer la tonta y ocultarme que también se acordaba de mi hasta después de los primeros besos, me quedé con las ganas. No apareció. Y para colmo, la chica soñada de Heitor ya lo cagó con otro que encima es amigo suyo y cada vez que puede prefiere irse de joda por ahi en vez de estar con él. ¿Qué se le va a hacer? No es que el mundo no sea perfecto, sino que el romance se murió y algunos todavía no nos dimos cuenta.

miércoles, septiembre 27, 2006

Absolut Rio

Estoy en Rio de Janeiro. No hay como llegar a esta ciudad y no preguntarse que hace uno viviendo en otro lado. Es decididamente linda por donde se la mire. Uno va por la calle y se cruza todo el tiempo con personas de aire aristocrático, lo que no tiene que ver en absoluto con el dinero que tengan o no, sino con un charm que los cariocas actuales han heredado en línea directa del espíritu de la corte de los reyes portugueses fugitivos de Napoleón. Voy a un show de homenaje a uno de los mayores sambistas, Bezerra da Silva, que murió octogenario y me canso de ver chicas preciosas, chicas con onda, chicas que saben que tienen algo que todas las otras no tienen. Y ahi tambien me encuentro con el cadete de la productora, fumando un baseado. Eso es Rio. En Sao Paulo yo jamás voy a los lugares a los que podría también ir el cadete de la productora. Eso sucede porque aqui está la playa, que nos unifica a todos, donde el negro se junta con el blanco, el pobre con el rico, y el cruce de clases es cosa de todos los días. En el show, Bete Carvalho canta un tema famoso de Bezerra y y el público la acompaña sambando. El estribillo dice:
"Navio nao sobe no morro, doutor/ Aeroporto no morro nao tem./ Mas lá também nao tem fronteira, estrada, barreira/ pra ver quem é quem".

martes, septiembre 26, 2006

Iraqi Fashion Mall

Me gusta fijarme cual es la tendencia de la moda no por las revistas sino por lo que veo que la gente usa en la calle. Si uno presta atención al llegar a una ciudad o un país diferente, al cabo de unos días empieza a resaltar a los ojos un tipo de prenda, alguna combinación, colores, una actitud. A veces hay cosas que se mantienen constantes durante años; otras se van y después vuelven; en la ropa se manifiestan expresiones de ideológías, exhibicionismo de identidad, signos de pertenencia. Y últimamente he notado que un pueblo se viste como es, con lo difícil que puede ser pretender generalizar en este campo. Pero después de tres semanas en EEUU, haber visto que el estampado que se repite interminablemente en bermudas, camisetas, camperas, camisas y vestidos es el camouflage, no me parece un dato menor. Podrá parecer una frivolidad, pero bueno, aviso por si alguien todavía no se había dado cuenta: en Estados Unidos, la guerra está de moda.

domingo, septiembre 24, 2006

Para reflexionar.

Si Dios hubiese querido que los hombres y las mujeres fuesen amigos, no hubiera creado las manos.

sábado, septiembre 23, 2006

Educación vial.

Que diferentes pueden ser el tipo de mensajes de advertencia que se ven en USA de los que se ven en United Kingdom, a pesar de que en ambos lugares se hable en inglés. Son totalmente adecuados a cada idiosincracia. En la Highway 95, por ejemplo, leo un cartel luminoso que insta con entusiasmo patriótico: "Buckle up, Florida! It's the law." Nada me parece tan distinto de la mesurada advertencia del tube londinense: "Please mind the gap between the train and the plattform".

Mi Buen Miami querido, cuando yo te vuelva a ver...

El problema de que en South Beach ya haya casi tantos argentinos como cubanos, no es que sean peores porque sean compatriotas sino porque todos se comportan como si furan parientes de uno.
- ¿Me podés traer un cortado? -le pido a una moza de un restaurant de Alton Road al terminar de cenar. Creo que la chica es natural de Belgrano.
- Si, te traigo -me contesta-. Pero antes te pregunto una cosita: ¿cómo se llamaba "La Novicia Rebelde" en inglés?
- No sé.
El que me trae el pedido es otro mozo.
- ¿Qué es esto? - le digo apuntando a la taza enorme que me pone delante.
- El... cortado -contesta mirando que esté todo adentro de la taza.
- ¿En una taza grande?
- Si... -contesta dudoso.
- ¿De dónde sos? - le pregunto.
- De Argentina... de Adrogué.
- Entonces no me hinches las pelotas: esto es un café con leche, no un cortado. Sólo me faltan las mediaslunas.
Se rie y me doy cuenta de que todo le importa bastante poco.
- ¡Uy, tenés razón! Hace tanto que me fui que se me olvida como es.
Igual le digo que me lo deje, para no tener que esperar otro cuarto de hora. Ahi aparece la moza con una sonrisa de oreja a oreja. Y me dice a los gritos, mientras deja un pedido en otra mesa:
- Ya averigüé: "The sound of music", así se llamaba. Qué loco, ¿no?

jueves, septiembre 21, 2006

9 - 21

Llegó la primavera. Que se cuiden las flores. Terminó el sueño del invierno y en cualquier momento vuelven las abejas asesinas.

martes, septiembre 19, 2006

La llamada del Amor.

Almuerzo de domingo en el Ritz con Patricia Z. , Estevan y Heitor. Sale el tema del amor. Yo comento por encima de que se trata el cuento de Raymond Carver que se llama “De que hablamos cuando hablamos de amor”. Pero la presencia de Patricia es una tentación para ponerse ligeramente groseros. Como dice Estevan, “no hay mesa de hombres que este completa sin Patricia”. Así que Heitor abre el fuego.
- Para mi el amor es “una pija dura y una concha mojada”.
- ¡Ah, que bien! –digo yo- Con ustedes Heitor D., director de cine y artista sensible.
- No –interrumpe Estevan- Como decía Schopenhauer, el amor es “la llamada de la próxima generación, susurrando ‘andá, es con ella’ en su voluntad de existir”.
- A veces yo siento que en vez de un susurro es como un griterío que me aturde –comento-. Y me manda al frente con más de las que puedo soportar.
- Es que las nuevas generaciones vienen cada vez más poderosas –dice Heitor.
- Ni hablar –sigue Estevan que se acaba de separar y aún sufre- A veces me imagino a mis espermatozoides formados como una legión, con los brazos en alto, golpeando las espadas contra los escudos, bum, bum, bum. Y yo gritándoles: “¡Paren muchachos! ¡Todavía estoy de luto!”
Después de un rato de reírnos, Patricia trata de hacer complicidad conmigo desacreditando a Estevan y Heitor porque (dicen) que cogen sin forro. Yo la miro impasible y Patricia salta con la boca abierta.
- ¡Ay! Vos también sos como ellos. ¡Qué desastre!
Ahí empieza una defensa de el No Uso del Preservativo que acaba (como es natural) en el absurdo.
- Pero no vayas a creer que no tomamos precauciones, Patricia –le digo con gravedad y ella me mira interesada- Le hacemos bastantes preguntas a la chica para estar seguros de que no es riesgosa.
- ¿Qué preguntas?
- Bueno… como se llama, cuantos años tiene…
- De que signo es –agrega Estevan muy serio.
- Y el ascendente –completa Heitor-, que te da mucha más información para saber con quien te estás yendo a la cama.
- Ustedes son un desastre –concluye Patricia espantada.
De más está decir que el almuerzo de ese día es considerado un éxito desde todo punto de vista.

domingo, septiembre 17, 2006

La segunda parte de Casablanca.


“Casablanca” es para los hombres una de esas películas onda I Ching que sirven para que se agarre cualquier escena y se la aplique a alguna circunstancia de la propia vida que tenga que ver con la amistad o con el amor. Gracias a esa cualidad mágica que tiene, se han dañado generaciones enteras de hombres románticos desde 1950 hasta nuestros días.

Tal vez por eso nunca se filmó una segunda parte de “Casablanca”. O justamente porque no hubo segunda parte se transformó en una película de toque. No hay como saberlo, igual que con el problema del huevo y la gallina. Lo que importa de cualquier manera es que en este instante me propongo arriesgar una breve síntesis argumental de lo que podría haber sido “Casablanca II", la secuela, sin negar que en ello mucho me influyen las circunstancias de la coyuntura sentimental que atravieso.

Sería más o menos así. Después de vérselas negras con los nazis durante un tiempo, la guerra termina y Rick (Bogart) sigue con su vida y su café en el fin del mundo, ajeno al nuevo orden mundial, como ya era su marca de fábrica. A él nazis o aliados le dan lo mismo, es un lobo solitario y lo único que quiere es que lo dejen en paz con su amargura. Un día recibe una carta de Ilsa Lund (Ingrid Bergman) que le cuenta que las cosas con Víctor Laszlo, su marido, están bien. Él la ha perdonado y de nuevo son felices juntos, pero ella no consigue olvidarse de él. Rick acusa el impacto pero se rehúsa a contestarle. Quema la carta con el mismo fósforo que enciende su último cigarrillo y en una escena memorable, se toma una botella de bourbon en cámara y toca personalmente unos acordes de “As time goes by” pero disonante.
Pasan algunas semanas sin pena ni gloria y una noche, la mismísima Ilsa en persona se presenta en el Rick’s Café. Víctor Laszlo se encuentra de viaje debido a sus nuevas obligaciones con la reconstrucción de la Europa de posguerra y ella ha aprovechado la oportunidad para hacer el decisivo viaje hasta Casablanca. El primer encuentro con Rick se ve amortiguado (una vez más) por un encuentro previo con Sam. Ella ansia verlo pero resuelve esperar a que Sam le avise que está en el hotel. Aún tiene esa irresistible frialdad tierna que sólo Ingrid Bergman (y unas pocas imitadoras desde entonces) han conseguido tener.
Rick va a su encuentro con la decisión tomada de embarcarla en el próximo avión de regreso, pero al verla se desarma. Ella, que había venido a ver que es lo había aún entre ellos, descubre que en las cenizas aún hay llamas. Ninguno consigue evitar que se reavive el amor.

Pero ahora es que empieza la verdadera tragedia de “Casablanca II”. Ilsa no sabe que hacer. No quiere dejar a Víctor ni puede quedarse en Casablanca. Piensa, ¿qué futuro podría tener allí junto a un hombre como él? Rick sabe que el mejor lugar para ella es junto a su marido pero también piensa que para él tal vez sea la última oportunidad de ser feliz. Este signo de debilidad lo incomoda secretamente. No tiene mucho para ofrecer y a la vez lo tiene todo. Calla por no hablar de más y se marcha en medio de la noche, mientras ella duerme. Sorprendentemente, porque Casablanca está en un desierto, en las calles de la ciudad llueve tristemente mientras Rick vaga sin rumbo entre moros y mendigos.

A la mañana siguiente, Ilsa despierta y ve que esta sola en su cama. Busca a Rick que no aparece por ningún lado. Ni Sam ni ni el Capitán Renault saben de su paradero. Llega a la conclusión de que ha renunciado a ella por segunda vez y desilusionada se marcha al aeropuerto. Se seca las lágrimas mientras su avión despega y llega a París justo a tiempo para recibir a Víctor en el aeropuerto con su mejor sonrisa de esposa.

La vida del matrimonio Laszlo parece reanudarse con alegría. Los amigos y las obligaciones cotidianas se ven apenas ensombrecidas por ligeros momentos de distracción de Ilsa, en los que secretamente, su mente vaga lejos. Hasta que un buen día, Ilsa encuentra por azar un pañuelo de Rick en el bolsillo de su maleta. Es un pañuelo con el que él le secó las lágrimas la noche del reencuentro y que ella olvidó devolverle. Ilsa comete el error de olerlo y al hacerlo todos los recuerdos de Rick la atacan como una catarata. No sabe que hacer. Su corazón ha vuelto a jugarle una mala pasada.

Ilsa sale a caminar por las calles sin rumbo y en otra escena memorable, enciende un cigarrillo atrás de otro y bebe en un bar como nunca se había visto a una mujer hacerlo hasta entonces en la historia del cine. Casi de mañana y borracha, intenta regresar a su casa y en el camino se tropieza con un hombre que la toma de los hombros antes de que caiga. Es Rick.

Al principio cree que es su imaginación pero enseguida él la toma entre brazos y la levanta. A ella le parece que es como si bailaran sin que sus pies toquen el piso. Y así, casi desvanecida entre sus brazos, él la lleva hasta el hotel donde se hospedan y la acuesta en su cama. Aquella noche en que Rick la dejó durmiendo sola, se perdió en las calles para pensar y había resuelto hacer de cuenta que nunca la había vuelto a ver. Fue inútil. Después de su partida, fue Rick quien no consiguió olvidarla más y se sintió cada vez peor en su soledad. Durante los breves momentos de su borrachera, Ilsa cree que el mundo es perfecto y que podría quedarse toda la vida junto a Rick. Se aman y se juran eterno amor. Pero más tarde, saciadas las ansiedades y los anhelos, la realidad vuelve a golpearla con fuerza. Rick le cuenta que ha venido tras ella pero que ahora que está allí no se cree capaz de acabar con su matrimonio. Pero que necesitaba “vivir Paris, aunque sólo fuera una vez más. Para estar seguro de que no había sido sólo un sueño.” Rick sabe que si ella elije dar el salto corre el riesgo de vivir con el fantasma de Víctor Laszlo y su amor sincero oscureciendo el resto de sus vida. Y no está dispuesto a cometer ese error.

Acá es donde la película se me vuelve borrosa, como si me hubiese quedado dormido en el cine. A veces me parece que Rick renuncia a ella y se marcha nuevamente, con toda la elegancia y el dolor que la ocasión merece, para perderse a lo lejos en su rincón del Africa. Otras veces me parece que es el propio Víctor Laszlo el que toma cartas en el asunto y renuncia a su mujer al darse cuenta, con profunda tristeza, que vive en la cuerda floja con ella, en un amor que tiene mucho menos de tranquilo de lo que él querría. Pero las más de las veces la veo a la propia Ilsa, sonriente y segura de si misma, subiendo y bajando de los aviones que hacen el puente aéreo París–Casablanca, amiga de pilotos y azafatas que ya hasta la saludan por su nombre.

miércoles, septiembre 13, 2006

Casting aprobado.


El día que filmemos "Adventures of Bubu & Angeles in L.A., the true story", quiero a estas dos actrices para los papeles principales. Son perfectas. Y las encontré mágicamente mientras miraba unos foto logs después de una sesión de casting en donde todo salía más o menos mal. Esta probado que el Señor actúa de maneras misteriosas.

lunes, septiembre 11, 2006

Charlie Ming

Mi hermana tiene una amiga que se llama Ming Lee. Es una chica de familia china, pero nacida y criada en Los Angeles. Tiene un perrito pug también chino y nacido en América igual que ella que se llama Fenway, como el estadio de beisbol de los Red Sox del que ella es fanática. Su padre le hace al perro continuas demostraciones de afecto.
- Llega a mi casa -cuenta- y lo primero que hace es buscarlo al grito de '¡Fenway! ¡I love you!'. A ver si nos entendemos: mi padre nunca fue capaz de nada ni remotamente parecido conmigo en mis treinta y tres años de vida. Es desagradable.
Sus hermanos se llaman Barney y Lisa, y nadie sabe bien porque sus padres eligieron que solamente ella tuviera nombre chino. Pero cuando eran chicos, esto avergonzaba tanto a Barney que le decía a sus amigos que su hermana se llamaba "Charles".
- ¿Charles? -pregunto- ¿Cómo un hombre?
- Si
- ¿Cómo llamaban en la guerra a los del Vietcong?
- Si. Todavía sucede a veces que me encuentro con amigos de mi hermano que no veo hace veinte años y me saludan: '¡Charlie! ¿cómo estás?'. Es patético.
Ming Lee no sabe nadar. Y el único otro amigo chino que tiene mi hermana tampoco. Como el perro de Ming Lee tampoco nada, mi hermana sostiene que estadisticamente ya puede sostenerse que los chinos son incapaces de darse maña en el agua. Ahora habría que preguntarle al otro billón doscientos mil para que el estudio fuera más consistente.

Ella el Huracán.


Esperamos un huracán aquí en Miami. Parece que vuelve el temita de los ciclones y los anticiclones a mi vida. Es curioso. La naturaleza de repente comienza a ser sincrónica con mis estados de ánimo como en las obras de Chéjov. Dicen que este huracán se llamará Florence. Y yo, que estaba listo para ponerle otro nombre de mujer, por discreción me lo callo. La luz del entendimiento me hace ser muy comedido.

viernes, septiembre 08, 2006

Bye, bye Mr. Pasta

Bueno, la verdad es que ya estoy acostumbrado pero hoy terminaron de sorprenderme. Mi apellido no será difícil pero es lo suficientemente italiano como para que desde siempre, al 90% de la gente que lo pronuncia por primera vez le salga más fácil decir "Scapelleti" que hacer el esfuerzo de colocar las vocales correctamente. Siempre se lo atribuí a que los capelletis tiran, igual que la mamma.

Pero hoy, inesperadamente, tuvo lugar una verdadera revolución gastronómico nominal. Me mandaron un sobre en cuya etiqueta constaba que mi nombre era "Scalopini". Confieso que me en algún punto me emocionó pasar de primo piatto a secondo. Sienta un precedente difícil de volver atrás.

Pero si creen que aquí se termina el show de mis nombres del día de hoy, se equivocan. En la etiqueta que el valet parking del hotel se anotó mi número de habitación y la chapa del coche, también puso mi nombre... o lo que él escuchó que era mi nombre, cuando se lo habrán cantado por teléfono desde la recepción.

No se alarmen. No hay riesgo de perder mi anonimato si lo escribo aquí. Les juro que no tiene nada que ver con lo que se dijo en mi bautismo.

Para los del estacionamiento soy Acerolalete Acavio. ¿Qué tal? Chúpense esa mandarina, giles...

jueves, septiembre 07, 2006

Miami según Beigbeder

"Pamelasandersons de todas las tallas, jeanclaudesvandammes por todos lados. Todos somos ‘Friends’. Tomamos rayos UVA antes de extender nuestros rostros hacia el sol. Para resistir en un mundo así hay que parecerse a un bomboncito o a un actor de película porno. Nos drogamos porque el alchol y la música ya no bastan para proporcionarnos el valor necesario para hablar entre nosotros. Vivimos en un mundo en el cual la única aventura consiste en coger sin forro. ¿Por qué todos perseguimos la belleza? Porque este mundo es feo hasta la náusea. Queremos ser hermosos porque queremos ser mejores. La cirugía estética es la última ideología que nos queda. Todo el mundo tiene la misma boca. El mundo se muestra horrorizado ante la perspectiva de la clonación humana cuando, en realidad, la clonación ya existe y se llama ‘plastic surgery’. En todos los bares, Cher canta ‘¿Crees en la vida después del amor?’. De ahora en adelante tendremos que preguntarnos por la vida después del Hombre. Una existencia de sublimes criaturas pos-humanas, liberadas de la injusticia de la fealdad, cuya capital mundial sería Miami. Todos tendremos las mismas frentes arqueadas e inocentes, pieles suaves como el satén, ojos almendrados; y habrá un reparto general de labios carnosos, pómulos altos, narices respingonas (...) En el Coconut Grove un hombre saca a pasear a seis chihuahuas con correa y recoge sus mierdas con un guante de plástico (...) Nos damos cuenta de que en Miami estamos dentro de un anuncio gigante. Ya no es la publicidad que imita a la vida, es la vida que copia a la publicidad. Cadillacs de color de rosa con los bajos iluminados por neones vibran al compás de raps chicanos. Tanta belleza y riqueza sólo pueden provocar aturdimiento (...) El distrito Art Deco de Miami está situado al sur de la ciudad y junto al mar. Fue construido para los jubilados, en los años treinta. A principios de los cuarenta, muchos militares fueron movilizados a Miami ya que el ejército americano temía un ataque japonés sobre Florida. Luego, en 1959, la caída de Batista arrastró consigo una fuerte inmigración cubana. Así pues, Miami es una mezcla de jubilados (titulares de fondos de pensiones para los cuales los asalariados del mundo occidental trabajan durante años), de militares (que les protegen) y de cubanos (que les drogan): el cóctel perfecto. En los años setenta, la crisis del petróleo amodorró la ciudad. Parecía que estaba acabada, pasada de moda, hasta que diez años más tarde, en 1985, un anuncio volvió a lanzarla. Aquel año, Bruce Weber disparó una serie de fotografías para Calvin Klein en Ocean Drive. Inmediatamente, la publicación de aquellas páginas de publicidad en las revistas del mundo entero hizo que Miami se convirtiera en la capital mundial de la moda. Miami es una ciudad cuyo príncipe es un fotógrafo. Si los nazis hubieran tenido la fuerza de impacto publicitario de un lugar como éste, habrían asesinado a diez veces más personas (…) Seres sobre ruedas, cubanos cobrizos, gays en pantalón corto se deslizan por las veredas, con los ojos escondidos atrás de unos Oakley último modelo. Todas estas cosas no son contradictorias. Al final, los nazis han ganado: incluso los negros se tiñen el pelo de rubio. Luchamos por parecernos a la feliz Hitlerjugend, con unas tabletas de chocolate Galak por abdómen (...) Ocean Drive con neones que electrocutan a los fosforecentes transeúntes. El viento cálido arrastra los flyers de las fiestas que ya no volverán (...) Miami Beach es una gigantesca confitería: los edificios parecen helados y las chicas bomboncitos que a uno le gustaría dejar derretir debajo de la lengua (...) La gente es tan narcisista que sólo hace el amor consigo misma. ¿Qué es una jornada redonda en Miami? Un tercio de patines, un tercio de éxtasis, un tercio de masturbación.”

(“13,99 euros” de Beigbeder)

miércoles, septiembre 06, 2006

Harvey

Harvey tiene cincuenta y tres años y en su nariz de hombre duro de película se le notan los antepasados lituanos. Sin embargo él es de Jersey y hace más de una década que maneja autos para otros en las calles de Miami. “Todos los veranos me digo ‘este es el último’ –me cuenta saliendo del aeropuerto empapado del calor pegajoso-. Y todavía sigo aquí”. A Harvey no le parece que la existencia de las mujeres latinas sea una razón menor para que él no pueda irse de este rincón del paraíso. Eso a pesar de que no tenga éxito con ellas. “Creo –me dice- que les gustan sólo los latinos. O los que tienen suficiente dinero y da lo mismo. Antes de llegar aquí yo nunca había visto una mujer latina en mi vida y en mi primer trabajo tuve que ir a buscar a unas colombianas al aeropuerto. Cuando apareció la primera me dije ‘¿qué es esto?’. Pero atrás de ella apareció otra que hizo que la primera se viera como un perro”.
Mientras nos acercamos a la playa, iluminados por la luz afilada de la mañana caribeña, me cuenta que este país ya no es el mismo desde los atentados a las Twin Towers. Unas semanas atrás iba a Atlanta a jugar golf con unos amigos y en el aeropuerto lo trataron como a un terrorista por no tener pasaje de regreso, no llevar valija y no usar tarjeta de crédito.
- ¿Qué va a hacer a Atlanta? –le preguntaron de mala manera.
- Jugar golf.
- ¿Con quién?
- Con un amigo.
- ¿Qué hace su amigo?
- Y tus amigos ¿qué hacen? ¿Por qué carajo me hacen estas preguntas idiotas?
- ¿Por qué no lleva equipaje ni tiene pasaje de regreso? ¿Acaso piensa hacerse explotar con algún avión?
- ¡Dios, no lo puedo creer! No sé cuando voy a volver, por eso todavía no saqué pasaje de regreso. ¿Y desde cuando necesitaría una valija para explotar un avión? ¡Llevaría todos los explosivos escondidos en la pierna del pantalón! Y me evitaría todas estas preguntas idiotas.
Cuando estabamos entrando a South Beach, Harvey me dijo que unas semanas atrás se había enterado de que tenía una hija de veinte años. Había recibido un llamado telefónico de un número de California que no reconocía y la voz de la mujer del otro lado de la línea le dijo:
- Hola. Soy tu hija.
- Debe ser número equivocado, señorita –dijo Harvey.
Pero el número estaba bien. Lo había rastreado por la guía telefónica y después de un par de datos que le dijo, Harvey se dio cuenta de que todo encajaba. Entonces recordó a la madre, con la que no había estado más que un par de noches durante unas vacaciones en Colorado y que hacía dos años estaba inválida por un accidente. “Me hubiera gustado saber que estaba embarazada, que había nacido” –me dijo-. “La hubiera ayudado económicamente”. Ahora ella va a venir a visitarlo y él está nervioso. “Estudia medicina y cuida a su madre. Me mandó fotos. La nariz es la misma” –me dijo con una sonrisa y tocándose la suya-. “Sé que cuando la vea , me voy a poner a llorar como un chico”.

Despedidas

Pequeña,
fuma en dos ceniceros que yo le regalé.
Primero se acabó el cedrón;
Después el chocolate,
amargo.
Media botella de Maker’s Mark.
Se deslumbró con Marisa, con Lila, y hasta con Willy
también.
A todos los habrá escuchado tirada en mi sillón.
Al final descubrió que Leonardo y la Novia no se escaparían de su destino de sangre y eso,
creo,
que la perturbó.

Entonces cortaron el teléfono, las estufas se enfriaron y ella,
enmudeció.

De repente era su ciudad pero el que paseaba solo por sus calles era yo.
La cama es mía pero era la pequeña la que amanecía sola allí.
Y yo creía que no tenía corazón.

No es extraño que me recuerde
cuando ve esos afiches en la calle
de cosas que pueden ser lo que parecen pero también
no.
Yo le aseguré que cuando era en serio era en broma
y que al revés también.
Eso creo que la desorientó.

Hoy el que se iba era yo pero la que hacía sus valijas era ella.
Y le dije lo que decía el poeta:
“Nadie,
ni siquiera la lluvia,
tiene las manos tan pequeñas.”

lunes, septiembre 04, 2006

La casada infiel

Y que yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela,
pero tenía marido.

Fue la noche de Santiago
y casi por compromiso.
Se apagaron los faroles
y se encendieron los grillos.
En las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos,
y se me abrieron de pronto
como ramos de jacintos.
El almidón de su enagua
me sonaba en el oído
como una pieza de seda
rasgada por diez cuchillos.
Sin luz de plata en sus copas
los árboles han crecido,
y un horizonte de perros
ladra muy lejos del río.

Pasadas las zarzamoras,
los juncos y los espinos,
bajo su mata de pelo
hice un hoyo sobre el limo.
Yo me quité la corbata.
Ella se quitó el vestido.
Yo, el cinturón con revólver.
Ella, sus cuatro corpiños.
Ni nardos ni caracolas
tienen el cutis tan fino,
ni los cristales con luna relumbran con ese brillo.
Sus muslos se me escapaban
como peces sorprendidos,
la mitad llenos de lumbre,
la mitad llenos de frío.
Aquella noche corrí
el mejor de los caminos,
montado en potra de nácar
sin bridas y sin estribos.
No quiero decir, por hombre,
las cosas que ella me dijo.
La luz del entendimiento
me hace ser muy comedido.
Sucia de besos y arena,
yo me la llevé del río.
Con el aire se batían
las espadas de los lirios.

Me porté como quien soy.
Como un gitano legítimo.
Le regalé un costurero
grande, de raso pajizo,
y no quise enamorarme
porque teniendo marido
me dijo que era mozuela
cuando la llevaba al río.”

Federico García Lorca, “La casada infiel”

domingo, septiembre 03, 2006

Certero ataque al corazon.

La pequeña me gusta mucho. Me di cuenta cuando con lágrimas en los ojos me dijo tiernamente que había elegido volver con su ex, "básicamente porque junto a él soy más feliz". Eso es lo que yo llamaría poder de síntesis en cualquier caso. Una sola entrada con la espada, nada más que argumentar, el toro que se desploma sobre sus rodillas. "Las niñas de esa tierra no se andan con vueltas", pensé en el instante. Después cogimos el resto de la tarde, nos despedimos sin ceremonias y quedamos en que ella me llamaría para (quizás) vernos nuevamente antes de que yo parta nuevamente.

Su llamado de hoy fue lo que me despertó cerca del mediodía. Me sorprendió con alegría. Tenía el propósito de que a mi no se me ocurriera ir a comer bondiola a un restaurant que es un clásico de mis domingos en Buenos Aires y que, parece, ahora es un clásico de ella y su ex. "Mi bondiola hoy se la come el otro", pensé en el instante. Pero después sugirió tarde y cena conmigo y todavía estoy esperando para ver si es un hueso que me tiró para que me quede mascando mientras la vida sucede en otra parte. Sólo el tiempo para saber. Las mujeres son un animal extraño. Nunca dejarán de maravillarme.

Carta de Patricia Kittin desde Barcelona-Pluton.

" Si hubieras visto ayer al loco que se acercó a la mesa en que estábamos con Irene y me soltó : 'Perdón. No pude dejar de escuchar que hablaba de libros.' Por la seguridad del tipo di por hecho que habríamos hablado de alguno; después recordé que no, pero en fin. El tipo siguió: 'Si uno lee algo en una época de su vida y aprende algo; y luego más adelante lo lee otra vez y aprende algo nuevo, ¿verdad?, y más adelante lo lee otra vez y parece completamente distinto, pero es el mismo libro, entonces ¿qué es lo que cambia?'. Ahí hizo una pausa y agregó: "Me meo". Y se fue al baño caminando misteriosamente, dejando la puerta abierta. Por supuesto cuando salió arremetió de nuevo: 'Si te miras al espejo y esa no eres tú, entonces a esa ¿quién la diseñó?' y varias cosas más que ya no recuerdo. Todo con un diente si y otro no, literalmente. Luego atacó a otra mesa y a continuación siguió desde la barra, hasta que uno gritó: 'Yo quiero de la cerveza que le dan a éste' y nos descompusimos."

viernes, agosto 25, 2006

Ciclon ama anticiclon

Una de las cosas que no me puedo olvidar de mis clases de geografía en el colegio secundario, es que al estudiar factores climáticos fuese una regla que cuando la presión era baja, la temperatura era alta. Y lo contrario: dada una alta presión, baja es la temperatura.

Un día me dijo que con ella la presión “no funcionaba”. Y como casi siempre me pasa con las mujeres, me distraje y se lo creí. Creo que me confundí con los factores climáticos y supuse que teníamos alta temperatura. Tomé distancia de más y ahora resulta que la perdí. Volvió con el que había tomado distancia de ella antes que yo. Si, si... uno que estaba lejos mientras yo metía pata en el acelerador y la tenía contra las cuerdas. Pero a diferencia de Sugar Ray Leonard frente a Lalonde, no supe aprovechar mi mejor secuencia de golpes para ganar por K.O. Y el otro tenía resto para recuperarse cuando el que se puso a papar moscas fue moi. En el fondo creo que perdí por puntos. O todavía no me levanté de la lona y por eso, a veces, sigo soñando con el título del mundo.

Moraleja: algún gaucho diría que es "el que a hierro mata, a hierro muere." Pero yo prefiero quedarme con que el buen funcionamiento del subibaja depende siempre del peso que le pongas de los dos lados. Lo saben hasta los chicos que van a la escuela. Y que todavía no estudian geografía.