domingo, enero 08, 2006

Momentum... el timing lo es todo.

En una clase de tango veo llegar por primera vez a una mujer de más de sesenta y cinco años que “quiere cambiar el yoga por el tango”. Nunca ha tomado una clase de baile en su vida ni jamás ha bailado tango “porque a su marido no le gustaba”. Ahora la profesora la lleva de la mano de un lado a otro porque la mujer, que es casi una anciana, prácticamente no tiene equilibrio, da pasos cortos siempre iguales y se cansa de cada movimiento que hace. Hay gente a la que le emociona ver a una señora de esa edad con la disposición de “aprender” como si fuera una jovencita pero no a mi. Verla en esa situación me hace reflexionar acerca de que en la vida hay un tiempo para cada cosa y que es arrogancia creer que uno puede ajustar los momentos en que puede hacerlas al propio capricho. Lo cierto es que no se puede perder el tiempo y se debe estar atento a las etapas de la vida. Como dice el gran astrólogo Fernando Suárez, el refrán “sea breve: el tiempo es oro” debería ser cambiado por “sea oro: el tiempo es breve” y la tarea de todos debería ser la procura progresiva de un estado armónico de desarrollo. Pero no se puede creer que uno maneja los hilos u ordena las piezas. Esa pobre anciana ya no está en condiciones de aprender a bailar el tango y lo único que hace es representar un patético espectáculo de nuestros días en el cual vivimos con la noción de que “todo se puede” y de que apenas queriendo alcanza. Hay un tiempo para aprender, un tiempo para construir, un tiempo para enseñar lo aprendido, y un tiempo para retirarse.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Agora, imagina uma velha querendo aprender a sambar???