martes, mayo 27, 2008

La oportunista


Nada me molesta tanto como el bastardeo. Que para terciar en medio una crisis política provocada por el abuso fiscal y tensionada por la irritación generalizada del manoseo político, la Presidenta Kirchner busque hacer comparaciones con los reclamos de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, no sólo me parece fuera de lugar por donde se lo mire y de profundo mal gusto, sino que además es revelador de para qué piensan los Kirchner que sirven -y acá arbitrariamente lo meto a Néstor en la misma bolsa- los sucesos trágicos de la década del '70: son espejitos de colores para asusar la imaginación de la opinión pública contra el enemigo de turno, en la coyuntura que a ellos les convenga. Ya anteriormente habían usado esta misma técnica de comparar peras con manzanas cuando la Presidenta fue a ver el fuego de los pastizales de Zárate (en que vió "dos imágenes de la Argentina" desde el cielo), cuando compararon a los dirigentes agropecuarios con los golpistas del 55' en adelante y al decir que "Macri es Menem" durante la campaña de la ciudad de BSAS. Pero ahora es el colmo. ¿Cómo se atreve a llenarse la boca con la lucha de las Madres y Abuelas cuando arriesgaban su vida en pleno Proceso solamente para desacreditar a un grupo social por sus reclamos sobre un problema económico en democracia? Hacer esa comparación liviana no habla mal de los hombres del campo sino de su propia visión mezquina de acontecimientos terribles de nuestra historia. ¿Cómo pueden ser tan miserables? No tienen vergüenza y deberían empezar a tenerla antes de que todo se empiece a ir realmente a la mierda. Ya se dijo en el acto de Rosario: "Ni nosostros somos la Unión Democrática ni los Kirchner son Perón y Evita". Es cada día más evidente.

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