Parece que la cuestión no se divide entre los piquetes "de la abundacia" y los de la crisis, ni entre los piquetes oficialistas de los amigos del gobierno o los de los gualeguaychenses contra los uruguayos. Parece que toda la cuestión se resuelve entre los que el gobierno permite y los que no quiere permitir. Durante cinco años fue así: se hizo caso omiso de todo piquete, como si fuera un derecho ciudadano esto de ponerse a cortar rutas, calles y puentes fronterizos. De nada importaron las complicaciones de tránsito periódicas, los automovilistas golpeados por atreverse a quebrar la barrera, el deterioro de la relación diplomática con Uruguay. En democracia mal entendida, cada uno puede hacer lo que se le de la gana. Pero ahora, curiosamente, como se trata de gente que reclama en contra el gobierno y que lo perjudica, la gendarmería se despliega para hacer cumplir la ley. Una muestra más de como funciona el criterio de democracia en la era K.
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