viernes, enero 26, 2007

El fin de la imaginación.

"El Principito", de Antoine de Saint-Exupery empieza así:

Cuando yo tenía seis años vi en un libro sobre la selva virgen que se titulaba "Historias vividas", una magnífica lámina. Representaba una serpiente boa que se tragaba a una fiera. Esta es la copia del dibujo.

En el libro decía: "Las serpientes boas se tragan su presas enteras, sin masticarlas. Luego no pueden moverse y duermen durante los seis meses que dura su digestión".

Reflexioné mucho en ese momento sobre las aventuras de la jungla y a mi vez logré trazar con un lápiz de colores mi primer dibujo.
Mi dibujo número 1. Era asi:

Enseñé mi obra de arte a las personas mayores y les pregunté si mi dibujo les asustaba.

-¿Por qué habría de asustar un sombrero? - me respondieron.

Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digería un elefante. Dibujé entonces el interior de la serpiente boa a fin de que las personas grandes pudieran comprender. Siempre necesitan explicaciones.
Mi dibujo número 2 era así:

Las personas grandes me aconsejaron que dejara a un lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas, y que me interesara un poco más en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. Asi fue cómo, a la edad de seis años abandoné una magnífica carrera de pintor. Había quedado desilusionado por el fracaso de mis dibujos número 1 y número 2.

Hace poco en Miami se vió la siguiente escena.



Una boa se tragó a un cocodrilo en los Everglades. Parecía que había vencido la batalla pero el cocodrilo -ayudado por la resistencia de su cuero- aguantó los dos días que se toma la boa para ir digiriendo a su presa con jugos y venenos varios. Mientras tanto fue raspando el interior de su captora con sus garras hasta que la boa se abrió al medio. Ninguno de los dos animales sobrevivió. El helicóptero que aparece en la foto, registró parte del combate.

Por más que mire y mire la foto, no me puedo imaginar ningún sombrero.

1 comentario:

Simpática y puntual dijo...

a veces se extraña ser niño, ¿no?.