lunes, octubre 09, 2006

Nuevo amor.


¡Ay! Hacia tanto tiempo que River no me daba una alegría como la de hoy, que ya había empezado a olvidar lo que era ser auténticamente feliz. Pero esta tarde, los chicos de la Banda me mostraron que cuando parece que no hay futuro, siempre surge una luz de esperanza al final del túnel.

Llegué a Buenos Aires el lunes pasado y desde entonces no paro de sentirme cada vez mejor. Claro que ella tiene todo que ver. Y hoy River coronó mi alegría, demostrando que cuando algo está bien, puede estar cada vez mejor. Ahora sé que cuando me vuelva a Sao Paulo, me iré con la certeza de tener un nuevo amor. Y no se tratará de Fernando Bellluschi solamente. Aunque ya eso sólo sea bastante.

10 comentarios:

TVgirl dijo...

me alegra leerte tan contento, oki.

TVgirl dijo...

mmm... me parece que vas a querer borrar el ultimo mensaje que puse... perdona... estaba cansada...

Bola Ocho dijo...

No hay problema. Aquí nada se borra, sólo la tristeza.

Anónimo dijo...

Y se la canto por acá, aunque no pienso volver.

me saluda a la suya -y ahora que venga, pregunta qué significa ;)

no con los de su especie, sólo con los imbéciles. qué bueno que en su ánimo no está ofender, eso se nota requetebién. créame que un pueblo de una cultura con 30 siglos de historia come algo más que tamales, sin necesidad de meterse todos los días vacas muertas ni de piratearse la pasta; y lo de la belleza gaucha y los bombones, es por lo fofo que por estos mismos post constatamos? qué pena (vergüenza, efectivamente) que sus viajes no lo hayan ilustrado ni hayan contribuido a desarrollar sensibilidad y respeto. espero que a méx venga a dejar dinero y no a sacarlo. y por si le queda duda, claro que soy mexicana, sin pelo en pecho: eso me vuelve arghhhh? paso sin ver.

tome un libro de historia: ni eran los más bellos (supongo que para usted la belleza sólo es tal si corresponde a sus cánones son eurocentristas) ni se les sacrificaba por eso. la cosa era un poquito menos frívola y tenía que ver con una cosmovisión que sus descendientes quizá alcancen a comprender en unos cuantos miles de años.

vine aquí de visita a deshacerme de mis prejuicios sobre el mega ego bicolor que tanto padecemos tras el exilio económico post 2001 y del que tan buenos chistes hacemos: creo que gracias a especímenes como usted y otros que me he encontrado en el camino (lindos? uta madre, qué soberbia), eso tendrá que esperar.

sorry, carlota, a usted sólo quería decirle que verónica castro ya fue

fue un placer

Bola Ocho dijo...

Vuelva cuando quiera, Ana. Siempre será bienvenida.

Anónimo dijo...

Caramba, se coló un yorsay el el blog

Charlotte dijo...

Como ud bien sabe, de fútbol yo nada. Y el conjuntito de seda rojo y blanco nunca me lo regalaron...
besos.

Bola Ocho dijo...

¡Ay, Charlotte! Yo no sólo le regalaría el conjuntito de seda con sumo gusto, sino que se lo haría a medida... si pudiera medirla. Y todo lo que necesita saber del fútbol se lo explicaría entre prueba de vestuario y prueba de vestuario. No hay tanto que explicar, creamé.

Charlotte dijo...

usted es modisto, bola?
"prueba de vestuario" me mató, ajjajajaa.

Bola Ocho dijo...

No precisamente. Digamos simplemente que en mi negocio, en las "pruebas de vestuario" es donde se corta y se confecciona.