jueves, junio 08, 2006

Desgracia

Bastó que hablara de mi máquina de café en el último post para que estallara. Si, tal cual. Hoy, en el quinto o sexto café que me hago desde que deposíté un litro de sangre en la cuenta de esos italianos para poder tenerla en casa, la presión de la muy guacha no bajó cuando tenía que bajar y derritió un anillo de goma en el portafiltro, además de hacer volar un resorte y una tapita de esas que nunca vuelven a tener un lugar cierto dentro de la maquinaria. Estoy deprimidísimo. Sospecho que nadie querrá hacerse cargo y que dirán que este tipo de accidentes no son responsbilidad del fabricante. Nadie tendrá la culpa pero yo habré perdido. Me prgunto si será un mal augurio para el Mundial. ¿Y para el futuro de este blog? Para colmo ella sigue sin llamarme ni aparecer. Tendría que aprovechar el momento y escribir un tango. La verdadera desgracia es que no sé un pomo de música.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Así que de repente soy "ella"