lunes, mayo 22, 2006

La casualidad es otra cosa

Estaba cerrando mi valija y faltaban apenas veinte minutos para que el taxi me pasara a buscar para llevarme al aeropuerto, cuando el cierre se rompió.
- No lo puedo creer. ¿Justo ahora que tengo que viajar se me tenía que romper la valija?
La charnega me miró imperturbable. Y dijo:
- Las valijas se rompen sólo cuando se usan. Y se usan sólo cuando uno tiene que viajar. El único momento que existe para que se rompan es 'justo' ahora.
Y se agachó y en un segundo me arregló el cierre, como si tuviera un talento especial... además del de probar que a veces no tiene sentido lo que digo.

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