miércoles, mayo 03, 2006

Confesiones de invierno

Cuando Charly sacó “Yendo de la cama al living” yo tenía doce años, no había oído hablar de Jung y estaba convencido de que el título de la canción “Inconsciente colectivo” se referia socarronamente a alguno de nuestros nobles vehículos de transporte público que no paran ni en los semáforos en rojo. A mi favor se puede decir que era chico y que en el rock nacional existía el antecedente de “El anillo del Capitán Beto”, misteriosa alquimia spinettiana que transformaba al ídolo de River en chofer del 60 espacial. Ahora recuerdo el episodio con ternura pero es evidente que nunca le presté atención a la letra. Como en el mismo álbum (¡qué palabra adecuada al caso!) había otra canción que se llamaba “Peluca telefónica” se ve que no me parecía un título tan tirado de los pelos.

De todos modos no creo que haber prestado atención hubiera cambiado mucho las cosas. Me acuerdo que en la misma época, cuando escuchaba “Mañanas campestres” de Vivencia (¡en la radio, eh! no vayan a creer que tenía el disco o alguna huevada de esas) siempre creía que la letra decía: “Mañanas campestres/ perfumada es la sal”. No sé de donde saqué que la sal podía ser perfumada pero inconcientemente me anticipé veinte años a los aceites y vinagres saborizados y a los forros con gusto a frutilla. Un vanguardista yo.

La última es que durante años creí que la oración fúnebre con la que saludabamos diariamente el izado de la bandera en el patio de mi colegio rezaba: “Alta en el cielo/ un águila celeste/.../ A su lunala, del color del cielo/ a su lunala del color del mar.” Nunca entendí lo que era la bendita “lunala” del águila ni me resultó raro que el pájaro fuera celeste, y lo acepté todo con naturalidad. Tampoco hace mucho que me enteré como era la letra correcta. Me da cierto orgullo, les quiero decir. Creo que que prueba que tengo una capacidad innata de incorporar la metáfora poética y la flexibilidad del lenguaje como si nada. Será por eso que después no me costó leer “La naranja mecánica” de Burguess sin mirar el diccionario del final a cada rato. O será que soy medio sordo y un poco tarado. ¿Quién puede asegurarlo?

4 comentarios:

TVgirl dijo...

yo, tu hermana, sí puedo. digo, asegurar que sos medio tarado... no! es chiste! con lo mucho que te quiero! pero vale la pena contar en este foro que te pasaste al menos 33 años de tu vida sin saber que la luz roja de los taxis significaba que estaban libres. las acciones hablan mas que las palabras, no?

Bola Ocho dijo...

Nadie te enseña lo de la luz de los taxis. ¿Cómo iba a saberlo? Yo siempre pensé que el taxi estaba libre sólo y sólo si en el asiento de atrás no iba nadie.

Anónimo dijo...

mañana campestres es de arco iris, no de vivencia
saludoss

Bola Ocho dijo...

Mmm... gracias. Creo que cuando salió ese número de "Pelo" yo estaba leyendo "Erase una vez el Hombre".