Primero fue la actitud de los periodistas en la conferencia de prensa que dió Pipo Gorosito después de la goleada que se comió River con Huracán. Sólo en la Argentina puede suceder que a una afirmación de un peridista - negándose a citar sus fuentes- que el técnico niega contundentemente -con las limitaciones de palabra que tiene un técnico de fútbol-, otros periodistas presentes se sumen, pervirtiendo el tiempo que les otorga el club y la función que los acredita en el evento, para defender al 'colega' como en una pelea de café y transformando la conferencia de prensa en una explicación de como construye sus notas periodísticas. Es que en la Argentina, si el marido de la Presidenta es el que habla y manda, también los periodistas pueden ocupar el centro de la conferencia de prensa criticando la actitud del conferencista o queriendo justificar sus propias conductas en vez de simplemente preguntar y escuchar las respuestas como debiera ser.
Ahora la última es que la calentura justifica los exabruptos de los árbitros, como el de Bassi, que directamente dió a entender una actitud antideportiva de un defensor de San Lorenzo, tal como él mismo lo expresó en sus disculpas. Tal vez Bassi no se haya enterado todavía que "árbitro" quiere decir que es aquel cuyo criterio se considera autoridad, y que como tal tiene que tener la serenidad de no verse involucrado nunca en ninguna parcialidad ni sentir ninguna "calentura". Sólo tiene que hacer cumplir el reglemento y no hablar de lo que no debe. En un país normal, se determinaría que no es capaz de ejercer su función con idoneidad, igual que los peridistas de la citada conferencia de prensa y el marido de la Presidenta de la Nación. Pero no es el caso y así vamos a los tumbos, cada día un poquito más cerca de la anarquía.
jueves, junio 04, 2009
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