Ella está lejos. En otro país, quiero decir. Pero somos novios. A la mañana yo la llamo y nos hacemos mimos por teléfono. Ella es española, así que habla como una traducción de Alianza Editorial en un audio book para ciegos. Tiene una voz aterciopelada muy seductora, y a veces hasta me parece que por teléfono me calienta más.
- Ayer ¿saliste?
- Si... ¿y tú?
- También. ¿Fue divertido?
- Pues no mucho, sabes.
- Me alegro.
A la noche hablamos nuevamente y me lanza la bomba.
- Sabes... estuve con mi ex.
- Ah... ¿lo que querés decirme es que te encontraste con él?
- Shh -sisea ella que es andaluza y suele no pronunciar la i final del "sí"-.
- ¿Y... hacia cuanto que no se veían?
- Se me hace que como un año. Pero hoy lo llamé y quedamos. Era algo que tenía que hacer y ya no quería postergarlo más.
- Claro, por supuesto... y ¿qué tal?
- Bueno, pues fue muy raro. No creí que me fuera a sentir a gusto viéndole pero al final estuvo la mar de bien.
- Entiendo ¿Cómo te sentís ahora?
- Sobrecogida. Pero muy bien.
Silencio. La traducción simultánea de mi cerebro se demora una fracción de segundo y una descarga de adrenalina me estremece sin necesidad. Después todo vuelve a la normalidad.
- Bueno, eso es lo importante.
domingo, abril 27, 2008
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