viernes, enero 29, 2010

La voluntad de Salinger

Ayer murió J. D. Salinger, uno de los autores más misteriosos de la literatura del siglo XX. Se hizo eternamente célebre apenas con una novela, dos libros de relatos cortos y uno de cuentos. En 1955, descontento con las críticas a sus relatos "Franny & Zooey" decidió que nunca más publicaría nada y se aisló del mundo público. Nunca permitió que ninguno de sus relatos fuera llevado al cine (dicen que Elia Kazan hizo lo imposible por filmar "El guardián entre el centeno"), nunca más autorizó la republicación de algunos de los cuentos que salieron en revistas. En las memorias de una de sus amantes, consta que siguió escribiendo metódicamente todos los días desde entonces, recluido en su granja de New Hampshire, respetando una dieta rigurosa y estudiando homeopatía. Ella dice haber tenido acceso a sus archivos sobre la familia Glass y que Salinger tenía acabadas en el momento en que estaban juntos por lo menos dos novelas enteras, aunque no le había permitido leerlas.

A los 91 años, Salinger murió de causas naturales, según un comunicado difundido por su hijo a través de su representante literario. Hace años que me pregunto si Salinger seguiria vivo y en el caso de que falleciese, si habría alguna manera de saberlo. Ahora me pregunto si todo el material que produjo en estos años de aislamiento saldrá a la luz como una avalancha de un tesoro literario equivalente al descubrimiento de la tumba de Tutankamón o si Salinger habrá tomado la precaución de destruirlo todo al presentir su final. Esperemos que no. Ahora tal vez la ambición de sus herederos permita que no se cumpla la voluntad de Salinger, tal como la deslealtad de Max Brod permitió que la obra de Franz Kafka fuera revelada al mundo. Los lectores de Salinger aguardamos ansiosos por esa muestra de desconsideración con su memoria.

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