jueves, marzo 25, 2010

Si querés llorar, llorá...


Después de diez días en los que Lionel Messi hizo ocho goles en dos partidos con el Barcelona y los medios periodísticos del mundo se hicieron eco semejante demostración de talento, el DT Maradona se reunió con él y con su entorno familiar con el propósito de "descubrir que es lo que le pasa a Lio en la Selección Argentina" dónde no brilla como en el equipo catalán.

Ya es un despropósito que un técnico anuncie por los medios cual es su intención para encontrarse con un jugador en la situación de Messi, que aunque sea brillante y promisoria, no es ni fácil ni libre de presiones enormes, considerando además que tiene apenas veintidos años.

Ahora Diegote comentó a los medios nuevamento sus impresiones de ese encuentro. "Fue la charla más emocionante y clara que tuve con Lío desde que lo conozco", dijo."Hablar dos horas con un chico al que realmente le tenés que preguntar las cosas para que te hable fue demasiado positivo", agregó. Y por último Maradona manifestó su confianza en que Messi en "algún momento explotará en la selección."

La sobrevaloración de la emoción es un defecto característico de los argentinos en general y, en el caso de Maradona, muta siempre en una puesta en escena patética. Maradona hace de la emoción su justificación patológica permanente, la brújula de su vida. Es una manifestación desbocada de su monumental ego: "lo que siento yo es lo que importa, lo que explica la realidad que me rodea y define al universo." ¿Cuál es el valor de tener una charla "emocionante" con Messi como no sea una satisfacción para el mismo Maradona y su aprecio exagerado por cualquier emoción que siente? Un buen técnico tiene charlas "técnicas" con su jugador estrella de veintidos años o se maneja con sutileza y habilidad para darle psicológicamente aquello que necesite para funcionar, en aquellas áres que el entrenador ve que no está funcionando. Lo último que hace es destacar públicamente que es un logro -de el propio Maradona, claro- haber podido hablar "dos horas" con un chico que no habla como él, que no se anda llenando la boca, que no tiene incontinencia verbal, describiéndolo como una deficiencia.

Y al final siempre queda la "confianza" en que un día va a explotar en la Selección. De cuales son las condiciones que el DT Maradona debería crear para que eso suceda no se habló. Es que el trabajo no es tan emocionante como la fe.

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