sábado, septiembre 26, 2009

Nada bom, nada legal.

Una buena muestra de como funciona la creatividad publicitaria en la Argentina. Mientras hay un selecto grupo de creativos exitosos que acostumbran tener ideas extraordinarias -que para ser completamente honestos, se ajustan mejor a mercados del Primer Mundo o a los festivales internacionales de publicidad que a la realidad argentina más allá de la General Paz- hay otra camada de creativos, un descarte ansioso por triunfar, que admira a sus talentosos colegas y que han llegado a la conclusión de que toda comunicación -para ser buena- sobretodo tiene que ser canchera. No hay peor clase de mediocre que aquel que cree que es un banana bárbaro. Digamos que el axioma básico del creativo de segunda es: "Yo me cago en el briefing del cliente y en el objetivo del producto. A mi lo que me importa es hacer un comercial para que mis amigos me feliciten por lo vivo que soy."

Esto es exactamente lo que pasa con la campaña de la AFIP para el programa IVA y Vuelta, por el cual se sortean automóviles a cambio de las facturas que los consumidores envian. El personaje central es Don Carlos, un desagradable empresario que decide sortear su viejo coche entre sus empleados porque se ha ganado uno nuevo en el sorteo. Cada toma muestra la desilusión de los empleados frente al patrón y el ventajismo de Don Carlos. Y cuando en el final se disponen a hacer el sorteo, que el empresario reafirme que "él mismo no se puso" entre los participantes, que es "tudo bom, tudo legal" pero no se sepa quien es el ganador porque el comercial terminá ahí, deja a los espectadores con la impresión de que Don Carlos los va a cagar a todos una vez más.

Digo yo, ¿en serio les parece que esa es la mejor manera de que la gente se sume a este plan? ¿Mostrando que a pesar de toda la fe igual los van a cagar? Un ente recaudador odiado como cualquier ente recaudador no puede tener de "mascota de propaganda", su imagen, a un tipo como Don Carlos. Porque es un mierda y eso es lo primero que la gente piensa de la AFIP también. Es elemental. Las empresas que te cobran (sea el fisco, la telefónica, o el gas) tienen que trabajar su imagen aflojando la permanente crítica y el odio del consumidor. Por eso La Llama que Llama de Telecom fue un éxito y una lección de publicidad. La compañia que te cagaba con el teléfono te hacia reír a carcajadas en la tele. Y por eso la odiabas un poquitito menos.

La prueba del fracaso está en los foros de Internet. Vean y comparen la cantidad de participantes:

"Vamos Don Carlos" (262 fans)
"Bien Don Carlos" (204 fans)
"Don Carlos" (más de 2500 fans)
"Don Carlos es un pelotudo" (65.867 fans).

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