Se dice por ahí qué los actores no suelen ser muy inteligentes. Hay excepciones, como en todo, pero es una generalización que suele ser cierta. Que los periodistas se creen más inteligentes de lo que en general son está más que probado. Y los hay especialmente mediocres.
Pero si a un actor semi analfabeto y a una periodista de espectáculos más emocional que racional se le agrega el estreno de una película con una visión heroica sobre un personaje ya mítico que se ha transformado en motivo de remeras y llaveros mientras su obra todavía perdura en la forma de una dictadura que, entre otras desgracias, provocó el exilio de la mayoría de los habitantes de la ciudad donde eligieron estrenarla, el resultado es patético.
La entrevistadora parece bastante limitada en sus argumentos, teñidos de una rabia que la toca de cerca. Pero Benicio del Toro, que dice haber hecho research sobre el personaje del Che durante siete años (sic) merece llamarse Benicio del Burro.
miércoles, febrero 04, 2009
Benicio del Toro se queda sin respuestas
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