Cuando Mauricio Macri se postuló para la Presidencia de Boca en 1995 hasta su padre estuvo en desacuerdo. Los hechos parecían darle la razón. Sus primeros actos en aquel club que era un cabaret fueron estrafalarios y fracasos estrepitosos. Bilardo, Veira, la timba para comprar jugadores, Maradona que lo llamaba "el cartonero". Macri era un personaje desagradable - y no solamente para mi que soy gallina a muerte-. Niño rico, bocón como un hincha cualquiera, de perfil diferente a los dirigentes de fútbol tradicional, se parecía más a Berlusconi que a Antonio Alegre. Julio Grondona lo despreciaba desde el Olimpo de la AFA y creo recordar que lo mandó a aprender de fútbol antes de opinar nuevamente.
Sin embargo al poco tiempo las cosas cambiaron. Llegó Bianchi, se fue Maradona. Boca empezó a ganar títulos locales e internacionales que no ganaba hacia décadas y uno atrás de otro como nunca. Todos tuvieron relaciones tormentosas con Macri pero Boca se transformó en un gran club nuevamente. Bianchi se levantó en una conferencia de prensa escandalosa, Riquelme imitó al Topo Gigio cada vez que pudo. Todas se las comió Macri y Boca siguió creciendo. Su marca, como la del Real Madrid o la del Manchester, era reconocida en el resto del mundo. Se modernizó el estadio, se hicieron contratos con Nike, se abrió un museo, se pacificó la tribuna con los acuerdos con Di Zeo. Hasta los turistas empezaron a ir a ver a Boca porque la seguridad estaba garantizada.
Ahora, cuando miro el estado del fútbol argentino en general y el de River Plate en particular no puedo evitar pensar en la cantidad de huevones como este y este otro que se ríen y se quejan de lo que hizo Macri como dirigente de Boca y de lo que hace ahora como Jefe de Gobierno porteño, con la mirada prejuiciosa de su propio resentimiento. Parece que no aprendieran más que a chicatos como ellos, la Historia les pasa por encima sin que se enteren.
lunes, diciembre 22, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Leí ambos artículos citados por usted. Que gracioso como aparecen los pseudos periodistas con ánimo de targiversar las cosas. Soy de Boca, es quizas en lo único que difiero respecto de su pensamiento general. Pero llegar a escribir un artículo en la mejor época del que se convirtió en el Club mas ganador de todos los tiempos, dictando que lo que salió bien fué obra del azar y que podría no haber salido bien. Y lo que saió mal no cita fuentes, sino que espera que el lector crea ciegamente. Es bochornoso. perdón la incoherencia, pero es fruto del enojo. No soy Macrista, ni mucho menos una persona de altos ingresos, pero me indigesta cuando se va en contra de los hechos.
Buenas tardes, cordiales saludos,
C
Publicar un comentario