martes, abril 11, 2006

Londres me mata

Ya estoy aqui en Londres, cagandome de frio y muerto de suenio* (*Nota al pie: la falta de enie es la mayor metida de dedo en el culo que el mundo anglosajon nos ha hecho a los hispano escribientes. Hasta cuando propusieron que desapareciera junto con los acentos para pragmatizar el uso de los teclados, en que hubo que explicarles de buen modo que los gallegos bien pueden aguantar el euro conservando las pesetas en lo profundo de sus mentes, pero que no habia manera de que llamaran a su patria "Espania". Solo se puede si eres catalan... y creo que ellos lo hacen a proposito, como casi todo en relacion a la Madre Patria.)

El hotel donde dormi anoche queda al lado de un colegio. Por la ventana de mi cuarto se veia el patio, y cuando llegue estaba lleno de chicos jugando caoticamente al futbol con varias pelotas de gomaespuma, de esas que no lastiman a nadie ni encaprichandote en patearlas a la cara. Me hizo acordar a mi propia escuela, aunque la mia era mas inglesa que esta que es un liceo frances. Cual es el juego que se juega en el patio de un colegio? No hay como entenderlo. Todos corrian y pateaban las pelotas en todas direcciones, en medio de gritos en frances y de nuevos chicos que aparecian de la nada, corrian, pateaban y desaparecian.

Cuando volvi al anochecer, el patio estaba desierto. Igual que el playon de una prision, rodeado de ventanas oscuras menos la mia, estaba sumido en el mas profundo silencio. Se me ocurrio que no hay muchas cosas mas carentes de vida que el patio de un colegio fuera del horario de clases. Tal vez un cine cuando las luces estan prendidas y no hay nada proyectado en la pantalla. El primero es un manchon de asfalto, el segundo una caja vacia.

"Londres me mata" titulo Hanif Kureishi una obrita que escribio antes de ganar el Oscar y transformarse en el buda de los suburbios. Aqui la gente es o rabiosamente educada o irremediablemente grosera. Solo un pueblo con tantos siglos de diferencias sociales inviolables puede dar lugar a semejante coctel de extremos.

Como siempre que viajo por ciudades, no puedo evitar pensarme viviendo en ellas. Mi propia proyeccion de vivir en Londres no me desagrada los primeros veinticinco minutos; despues el frio y la falta de sol me hacen despertar de mi ensuenio con los dedos de los pies entumecidos y los anteojos oscuros olvidados en el bolsillo. La ciudad es deliciosa pero la comida es vergonzosa. Ni a proposito se puede cocinar todo tan mal y cobrarlo como si fuera de oro. En la calle se ve todo tipo de personajes, pero al encontrame con los naturales de aqui (como los europeos llamaban a los indios americanos), me acuerdo de Heitor diciendo despues de una noche de copas compartida con Richard, un genuino british boy de visita en Sudamerica: "Gracias a Dios que somos latinos y no ingleses". Que gente sin gracia! Claro, toda regla tiene su excepcion. Si llegan a nacer con algo de gracia acaban siendo Mick Jagger.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante. Una delicia leer.
Sabrosas las observaciones y digeribles los comentarios.
Tan simple receta en las palabras hacen más rico el plato de la escritura.

Charlotte dijo...

estoy pariendo la hijaputez de la ausencia de enie en new york. lo acompanio en en sentimiento. carinios. ja!

lowfirocker dijo...

yo leí El Buda de los Suburbios! Muy cierto lo de Jagger.
Abríguese bien