Parece que Dolce & Gabanna diseñó el uniforme de la Selección Italiana de fútbol y ahora usó a un grupo de sus jugadores para la campaña publicitaria de su línea de underwear (o sea, de calzones).
Mientras los Bleu Ribery y Benzema tienen que dar explicaciones y enfrentan un posible proceso por haberse garchado a una prostituta menor de edad para el cumpelaños del primero, la onda gay de todos los italianos en bolas en el vestuario lleno de vapor es innegable. De Dolce & Gabanna no me sorprende, ya de los Azurri me resulta sospechoso. Siempre fueron los jugadores preferidos de la hinchada femenina mundial. Mientras los franceses se las rebuscan para zafar de un bolonqui de putañeros, ahora sólo espero que con este estilo maricón los italianos no les vuelvan a romper el orto en Sudáfrica a ellos y a los otros equipos como cuatro años atrás. El mundo y el Mundial es cada vez más de los gays.
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