Doña Remedios está de visita en Brasil. Aunque tiene casi setenta años, es la primera vez que sale de España. A pesar de que su hija dudaba de su capacidad de adaptación a una realidad latinoamericana, a un primer viaje en avión de más de doce horas y a un idioma distinto, Doña Remedios se muestra más que serena frente a cada novedad. La pobreza la conoce de la pos-guerra y aunque hayan pasado cincuenta años de bienestar, hay cosas de las que nadie se olvida. El avión no le pareció más que una reedición del tren, al que estaba tan acostumbrada de tantos viajes entre Andalucía y Barcelona. Y el idioma no lo entiende pero se puede reír de ello sin problemas. Ya se tuvo que acostumbrar una vez al catalán, no va a ser el portugués el que la asuste a esta altura del partido. Ayer fue al supermercado a comprar lentejas para un guiso bien español. No las encontraba así que tuvo que preguntarle a una empleada.
- ¿ Dónde puedo encontrar lentejas?
- ¿Lentilhas? -interpretó correctamente la brasileña.
- ¡Eso! -se entusiasmó Doña Remedios - ¡Cómo que en los ojos nos las vamos a poner, chiquilla!
jueves, mayo 14, 2009
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