lunes, julio 16, 2007

En nuestro mundo.

Otra vez el fútbol como metáfora de la vida. Esto se ha vuelto un lugar común. Pero si alguien piensa que lo que está imagen implica -independientemente del talento del chico Messi- no es exactamente el tipo de actitud que hace que la Selección -y todos los argentinos- perdamos los partidos que nadie puede perder, que me avise. Fuera del perímetro de la República la gente no para de reírse de nosotros pero entienden perfectamente lo que pasó. Porque la final de la Copa América la perdimos al más puro estilo argentino: nunca la jugamos, porque sabíamos que teníamos todo el "talento" necesario para ganarla. Así que era nuestro derecho ser campeones. El problema es que estamos educados en la idea de que no hace falta andar el camino para llegar a la meta. Y ya no estoy hablando de fútbol, ¿eh?

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