jueves, junio 22, 2006

Publicidad a la mexicana (II)

Otras expresiones de estilo publicitario mexicano que me hacen morir de la risa: un comercial de grifería Helvex, en el cual se ve en cámara lenta a un hombre inclinado frente a un lavabo, que llena sus manos del agua que fluye en cámara lenta de la canilla, se lava la cara y luego se mira en el espejo con solemnidad. Escuchamos su voz en off diciendo: “Tengo que dedicarle más tiempo a mis hijos”. Y a continuación al locutor con gravedad: “En los momentos de decisiones importantes, Helvex siempre está ahí”. Y en el sobrecierre se ve a una mujer lavándose la cara, con su voz en off diciendo: “Ya estoy preparada para ser mamá”.
Otro comercial de Just For Men, un producto para teñir las canas, muestra un combate de esgrimistas en una sala de armas. De repente uno de ellos es tocado en el pecho y se saca la máscara, revelando que es un hombre cuarentón con el pelo entrecano. El locutor dice algo así como que no hay que dejarse vencer por las canas, mientras se ve el pack del producto y una demo 3D de como funciona científicamente. A continuación se ve el combate de esgrima reanudado, sólo que esta vez es nuestro cuarentón quien toca a su adversario, que se saca la máscara y revela ser una rubia despampanante, que le dice: “Le has dado al blanco”. Entonces el cuarentón se saca la máscara sonriente de oreja a oreja porque vemos que ahora tiene el pelo completamente oscuro. En ese momento aparece como por arte de magia un blanco de tiro, donde una flecha se clava en el centro con fuerza. El locutor dice con énfasis: “Dale al blanco” y el nombre del producto.

Claro que también están los casos tremendos como estos dos guiones de un producto de Pond’s que sirve para “blanquearse” la piel. Si, tal cual: ni humectante ni reconstituyente de los tejidos, blanqueadora. En el primero se ve a una chica que quiere entrar a una discoteca pero el mono de seguridad de la puerta no le abre el cordón porque se ve muy ‘oscurita’ de piel. La pobre indiecita, deprimida, se va. Entonces se ve la demo de producto, su aplicación y a continuación a nuestra chica que vuelve segura a la entrada del local y el mono esta vez la deja pasar sin decir ni mu y con una sonrisa porque parece ‘blanca’. En el segundo comercial se ve a una novia que nunca se casa porque es muy negrita y después de la aplicación del producto consigue novio con facilidad y se casa sin problemas. Ese tipo de actitud racista es común en la publicidad en forma velada, porque siempre se quiere gente bella para promocionar productos de belleza. Pero en un país de ciento treinta millones de descendientes de los indios, hacer una comunicación tan directa en ese sentido me parece un comportamiento casi absurdo y francamente ofensivo.

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