Es un tema este de las cosas que las mujeres esperan que notemos y no podemos notar: el corte de pelo imperceptible, un cambio de tono en la tintura.
- ¿No notás nada nuevo?
- Mmmm… te pusiste una remera amarilla.
Las mujeres tienen canales de pensamiento distintos a los nuestros y estas tonterías son apenas la punta del iceberg de problemas mucho más serios. Por eso es tan necesario pasar airoso las pequeñas pruebas de la percepción: ellas las interpretan como señales claras de afinidad. Responder adecuadamente allana (temporariamente, hasta la siguiente prueba) el camino que conduce a su corazón y a su cama. Un amigo desarrolló un sistema automático que tiene una eficacia del 62%. Se basa en dos respuestas inmediatas a la pregunta capciosa que pretende que notemos algo que es imposible notar sin una tomografía computada. Si las dos respuestas son equivocadas sucede lo siguiente y no hay solución. Viene tu novia y te dice con aire intrigante:
- ¿No me decís nada?
- ¡Feliz aniversario! (Primera respuesta automática)
- Nuestro aniversario no es hoy.
- Entonces... ¡te cortaste el pelo! (Segunda respuesta automática)
- ¡No! Me cambié el color. ¡Ufa! Con vos siempre lo mismo, ¿eh?
De todos modos, hablando con Bruno, un carioca amigo de K., me di cuenta de que los hombres que sí se fijan en el pelo de las mujeres son los más tramposos porque necesitan identificar rápidamente las diferencias de color, aunque sólo sea en un tono, de largo y de tipo de ondulación, para después poder eliminar los restos de una noche agitada sobre la almohada, en la bañadera o en el peine, sin confundir a quien pertenece.
sábado, enero 07, 2006
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