Si un hombre se da cuenta de la infidelidad antes de que su mujer se la confiese, el impacto emocional es menor (y por consiguiente el rencor que se puede generar también) porque su Ego se siente medianamente a salvo del ridículo (ya que el pensamiento subyacente es “seré cornudo, que no depende de mí, pero no boludo, que es totalmente mi responsabilidad”). Pero para la mujer es exactamente al revés: que el hombre confiese antes de que ella se de cuenta para la mujer es mejor que si ella empieza a intuir la infidelidad, porque entonces se siente estafada y su Ego humillado. En fin...
Otra diferencia curiosa es la que señalaba Oscar Wilde cuando decia que “a los hombres les importa ser el primer compañero de su mujer, tal es su tosca sensibilidad. Las mujeres, en cambio, prefieren ser el último cápitulo de la vida de su amado.”
Como sigamos así es evidente que nunca nos vamos a entender.
viernes, enero 27, 2006
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