- El otro día -me dijo la española- iba en el tren y pasamos por el hipódromo en el preciso instante en que se corría una carrera. De pronto el tren se detuvo. Solamente cuando la carrera hubo terminado, el tren se puso en movimiento de nuevo.
- Habrá sido casualidad -dije-.
- Seguramente -se rió ella- Me encanta este país. En España hubiera habido más de cien muertos.
miércoles, julio 12, 2006
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