miércoles, febrero 15, 2006

¿Problemas? ¿Que problemas?

Es divertido comprobar que la gravedad de los problemas está relativizada por nuestra proximidad o distancia de ellos. Así como durante las vacaciones uno se siente feliz porque el mundo que se derrumbaba sobre nuestra cabeza parece que ahora es nada más que un paraíso de mar, sierra o montañas nevadas, cuando yo estoy en Sao Paulo atiendo mis problemas locales con más atención que cualquier inconveniente que haya dejado en Buenos Aires. Sin embargo al partir siempre me juro y perjuro que voy a seguir conectado con lo que esté pasando acá (allá) como si yo no estuviese allá (acá). Pero no hay caso. La inmediatez física de lo que pasa en donde uno esté pesa más que nada. Y de repente me acuerdo de un amigo que cuando estaba muy enrroscado con sus problemas, se iba al club nautico, alquilaba un velero (era timonel) y se iba al medio del río a la altura de la Costanera Norte. Desde allí miraba la ciudad en el horizonte y pensaba que chiquitos que se veían sus problemas a lo lejos.

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