viernes, marzo 24, 2006
Besos & puñales
Vi unas fotos forenses de un crimen pasional. El cuerpo del joven apuñalado veinte veces por su amante despechada llevaba varias horas sin vida y estaba como olvidado entre sábanas enrredadas contra la mesa de luz. El fotógrafo había evitado revelar su cara, así que la imagen era nada más que un torso desnudo de un color blanco opaco, como si lo hubiesen entalcado. Se ve que por alguna razón misteriosa no había corrido demasiada sangre o ya la habrían limpiado. Lo más impresionante de todos modos era que los huecos ligeramente ovalados que habían dejado las facadas en la carne, se habían secado con un delgado borde morado y parecían las marcas de rouge de muchos besos sobre la piel. Me hizo reflexionar acerca de la naturaleza del acto. El brote de pasión que había terminado con la vida del joven le había dejado rastros similares a los que seguramente habría recibido de su verduga con distinta emoción en muchas noches de amor.
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