En este post me despaché de lo lindo contra la propaganda política y opiné abiertamente sobre los que considero aciertos geniales de mecanismos de comunicación -como los del 'just entertainment' del cine norteamericano o el romanticismo de la dictadura cubana-. Ni mencioné otro gran logro mediático -porque es más delicado y podía enturbiar todo el razonamiento- que es muy bien aprovechado políticamente. Me refiero a la carta blanca que tiene Israel para que nadie pueda hablar de las barbaridades que cometen cada día en Gaza y Cisjordania, o inclusive en el estado independiente de Líbano, porque parece que nadie puede decir nada de ellas sin ser acusado inmediatamente de "anti semita". Pero hoy ha sucedido algo interesante y por eso aprovecho para ganarme el rencor de varios amigos judíos que piensan que "una vez víctima, víctima para siempre".
En el abc de la psicología conductista es ley que lo que a uno le molesta del Otro, es algo que está presente en uno y justamente por eso molesta. Y si uno se pone lacaniano se sabe que en todo discurso las palabras tienen valor más allá del puramente significante o simbólico. Creo que esto jamás se le pasó por la cabeza al primer ministro del estado fascista de Israel, Ehud Olmert, que en el acto de homenaje por los sesenta años del Holocausto aseguró que "son numerosos aquellos que todavía no han aprendido las lecciones de la Shoah, sus ojos están cegados y sus corazones cerrados por el odio" porque en la actualidad es justamente Israel quien no parece haber aprendido nada del horror que vivió el pueblo judío, a la luz del modo que elige para tratar al pueblo palestino desde hace décadas.
"Niegan al pueblo judío el derecho de vivir en un Estado soberano" dijo el jefe máximo de un Estado erigido en la zona que alguna vez se llamó Palestina y que ahora le niega el mismo derecho a sus vecinos. "Son los primeros en encontrar justificaciones a cualquier acto atroz perpetrado contra nuestros residentes", agregó inocentemente, tal vez sin darse cuenta que parecía que hablaba de su propia política en los territorios ocupados con violencia por el ejército israelí.
Pero el discurso de la presidenta en funciones israelí, Dalia Itzkik, parecía un acto fallido a propósito de estas observaciones del psicoanálisis. Dijo: "El mundo necesita estar al tanto y recordar que los nazis eran seres humanos. Las atrocidades son creadas por la gente."
Si yo fuera su analista le hubiera agregado: "Por eso aquellos que alguna vez fueron las víctimas, deberían pensar que hoy pueden ser los verdugos. Y horrorizarse por ello".
lunes, abril 16, 2007
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