Había empezado como un encuentro de 'café' pero a esta altura ya habían llegado al vino. Ella hacia el papel de mujer seria y él la dejaba jugarlo mientras se tomaba el tiempo para descubrirla. En determinado momento la charla se puso al rojo vivo y ella hizo el último movimiento de ese personaje que había imaginado adecuado para si misma. Dijo con timidez:
- ¿Sabés? En toda mi vida sólo tuve cinco hombres -y agitó los dedos de la mano que no sostenía la copa delante de sus ojos.
- ¿Ah, si? -fingió sorpresa él. Y adelantándose en la mesa, la tomó suavemente de la muñeca y le susurró- Porque lo que yo quiero es inagurar la otra mano.
lunes, noviembre 20, 2006
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5 comentarios:
ah, pensé que venía otra frase célebre tipo "vení cosita que te completo la media docena" pero la de la otra mano re da igual, eh...
ahora, cuando pasaron los de una mano, otra, un pie, otro, cómo sería la anécdota, no? perdón bola, son los brownies.
Charlotte: la chica era una tiernita, no un campeón WBA de peso completo como usted. Con los tapones de punta como usted imagina, hubiese quedado partida al medio sin remedio. Ese tipo de comentario funciona con quien ya está usando tarsos, metatarsos y falanges de los pies para llevar las cuentas.
Oiga!! que yo no hablaba de mí, che.
¿Cuándo nos vas a contar la historia de la primera vez que Heitor garchó?
Charlotte: sabemos que usted nunca habla de usted; acá nadie nunca habla de uno a no ser que el otro hable primero. pero la comparación es inevitable.
Laotra: ya llegará, paciencia. Es que es una historia atrevida que todavía no tiene fuentes confiables que la garantizen.
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