La mujer tenía alrededor de cuarenta años pero se esforzaba en mostrarse más juvenil frente a la chica de los ojos tristes, que todavía no pasaba de los treinta y parecía gastada por la vida.
- Yo a veces pienso -le decía- que si encontrara al hombre de mi vida, a ese que es tu mitad, el que te completa, dejaría de preocuparme tanto por las cosas que hago. Que por él sería capaz de dejarlo todo.
- Que extraño –le contestó la chica de los ojos tristes-. Si yo encontrara al hombre de mi vida, tengo la sensación de que podría hacerlo todo.
sábado, agosto 05, 2006
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