domingo, enero 20, 2008

La lengua, instrumento traicionero.

A pesar de haber viajado a España decenas de veces y estar más que consciente del uso que se hace en la península de esa palabra traicionera, no puedo dejar de llamar por teléfono a Barcelona para hablar con ella y secretamente retorcerme de la risa cuando escucho a su madre -una señora andaluza, cristiana y muy de su casa- decir que "la ciática esta vez me ha cogido bien cogida". Pero mucho peor es que la hija -siendo española- también se sorprenda de ir a averiguar por una internación y que la monja le diga sin pestañear: "Aquí sólo cogemos mujeres".

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