El cachorrito de ovejero alemán era una monada pero apestaba. Ella le preguntó entonces a la dueña:
- ¿Todavía es muy chiquito para poder bañarlo?
- Bueno -le contestó ella con ironía- Para bañarlo suelo guiarme por el olor, no por la edad.
Ahora se me ocurre que si le hubiera preguntado lo mismo a Lula, seguramente hubiera contestado que si. Parece que se tomó en serio eso de que en la adolescencia uno siempre es un poquito más virulento y se consideró 'adolescente' hasta que ganó su primera Presidencia cuatro años atrás. El oportunismo -aún en los políticos de éxito- es algo que nunca dejará de sorprenderme.
miércoles, diciembre 13, 2006
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